La Habana, Cuba. – La noche del 21 de abril se llenó de colorido y música en La Habana gracias a la embajada cultural que México trajo por ser el país invitado de honor a la Feria del Libro del 2022.

Que el espectáculo comenzó con una estampa de México Teatro, “La palabra originaria”, fue un acto escénico multilingüistico que muestra la diversidad cultural de México; representa la defensa y la visibilización de las lenguas tzotzil, mixteco, otomí, yaqui y maya.

A través de las cinco lenguas mencionadas 13 niñas, niños y jóvenes narran sus deseos más profundos, hablan en representación de sus comunidades y describen sus juegos, cantos y tradiciones ancestrales.

Posteriormente tocó su turno al Ballet Folclórico de México, el plato fuerte de la función. Esta institución cultural durante 70 años ha llevado el mensaje cultural de la nació azteca a más de 30 millones de espectadores en todas las latitudes.

La primera de las piezas que se danzó fue “Los Matachines”, un baile de la región norte del centro de México, que se lleva a cabo exclusivamente durante las celebraciones religiosas y su origen nace de las costumbres de los pueblos prehispánicos, de danzar con sus dioses.

Después vino “Sones antiguos de Michoacán”, que fue el primer ballet creado por Amalia Hernández, la fundadora de este grupo danzario, ese breve mosaico comienza con la versión michoacana de jarabes, mostrando los signos inconfundibles de su mestizaje.

A continuación, llegó “tarima de Tixtla”, que esta basado en las danzas originarias del estado de Guerrero, es una de las coreografías más coloridas alegres en el repertorio del grupo.

La cuarta entrega fue “La Revolución”, que ganó fuertes aplausos del público, es un ballet dedicado a las soldaderas o Adelitas, mujeres que tuvieron un papel determinante en la Revolución Mexicana, pues trasladaron su vida y pocas pertenencias a los escenarios bélicos.

Otra pieza que fue muy aplaudida fue “La Charreada”, que recrea las actividades ecuestres y ganaderas de las distintas comunidades del país y que fue declarada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Unesco.

El espectáculo siguió con “La fiesta en Tlacotalpan” donde la danza y la música jarocha tienen una fuerte influencia de la cultura española, por lo que los bailes están compuestos por movimientos zapateados, característicos del flamenco.

Una coreografía muy bien recibida por los asistentes fue “Danza de los viejitos”, originaria de Jarácuaro, Michoacán, es una pieza reconocida internacionalmente por su expresividad escénica llena de colorida y simbolismo.

Colo colofón de esta parte de la velada estuvo “Danza del Venado”, una representación emblemática del estado de Sonora, es considerada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Unesco. Esta danza forma parte del rito que se realiza en vísperas de las expediciones de caza y reproduce con asombrosa fidelidad los movimientos de la presa.

El cierre, de la gala fue por todo lo alto y logó una apoteosis de alegría en los espectadores, “Fiesta de Jalisco”, la tierra de los charros, las Chinas y el Mariachi, símbolos de la identidad Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la Unesco mexicana y herencia del mestizaje, que tiene con gran arraigo en el gusto de los cubanos. El brillante folklore jalisciense envuelve en su música, en sus bailes vigorosos y refinados, en sus trajes multicolores y deslumbrantes, lo más noble y puro de la cultura mexicana.

El gran cierre fue una versión de lujo de la Guantanamera interpretada por los Mariachis y el Ballet Folclórico de México, con el acompañamiento de todos los presentes en la sala Avellaneda del Teatro Nacional.

Bravo, México Lindo, empezaste esta Feria del Libro por todo lo alto.