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La Habana, Cuba. – La sala Avellaneda del Teatro Nacional de Cuba volvió a convertirse en un templo de las bellas artes este fin de semana. Voces líricas de La Habana y Holguín se encontraron en ese escenario, acompañados por la Orquesta Sinfónica y el Coro de la Radio y la Televisión Cubanas, dirigidos por Miguel Patterson. Se debe reconocer la producción y dirección artística de Helson Hernández, que aun en tiempos de escaseces y dificultades sueña en grande y obtiene resultados palpables. Cuando hay talento y sensibilidad artística, se puede mover montañas.

La función se realizó en homenaje a los 65 años del Teatro Nacional de Cuba y a los 75 de la emisora radial CMBF, Radio Musical Nacional, la emisora clásica de Cuba. También se dedicó a la aprobación del canto lírico italiano como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, Unesco, el pasado 6 de diciembre de 2023, en la 18 reunión del Comité Intergubernamental para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Unesco, celebrada en Botsuana.

Un repertorio de grandes compositores de la Ópera Italiana del periodo romántico del siglo XIX y principios del XX se incluyó en la función, en su mayoría obras de los estilos Belcantista y Verista. Se interpretaron piezas que son parte de las óperas La traviata, Un ballo in maschera, Iltrovatore y Nabuco de Verdi; Ilbarbiere du Siviglia de Rossini; Firenze è come un albero Fiorito, La Rondine, La Boheme y Tosca de Puccini; L ´amico Fritz de Mascagni y Don Pasquale de Donizetti.

Ojalá el Instituto de la Música, el Ministerio de Cultura y otras instituciones afines unan voluntades, conjuntamente con las direcciones provinciales y municipales de Cultura, para que este espectáculo pueda presentarse en las principales ciudades del país. Cuba no es La Habana, y el resto de la nación también necesita tener acceso, de primera mano, al buen arte. La Cultura salva.