La Habana, Cuba. – La epidemia de la Covid-19 y el alto nivel de contagio de sus nuevas cepas han supuesto la necesidad de habilitar más centros de aislamiento tanto para pacientes diagnosticados con la enfermedad como para otros sospechosos.

Ese es el caso de la residencia estudiantil del Instituto Superior de Tecnologías y Ciencias Aplicadas, ubicada en la Quinta de los Molinos, en la capital cubana.

Desde hace alrededor de seis meses, en ese lugar se ha desplegado una ardua tarea, primero con pacientes adultos y actualmente con niños. Miguel Ángel Gutiérrez, Jefe del Departamento de Informática del centro, es uno de los valientes que ha dado el paso al frente en dos ocasiones.

El joven profesor comentó a Radio Reloj sobre lo compleja que puede ser esta tarea a la par de gratificante, y recalcó la importancia de apoyar al personal médico que lleva más de un año haciendo frente a la enfermedad.

Héroes anónimos

Con todo el protocolo higiénico y sanitario que se requiere, Radio Reloj tuvo la oportunidad de visitar la residencia estudiantil del Instituto Superior de Tecnologías y Ciencias Aplicadas, donde aguardan por el resultado de su diagnóstico pacientes pediátricos sospechosos de Covid-19.

Lucía Grau, una de las voluntarias del centro, explicó que el equipo de trabajo consta de seis integrantes, quienes divididos por pareja, se encargan de las tareas diarias de limpieza, entrega de comida, recibir y despedir pacientes, así como la difícil responsabilidad de dar la noticia sobre un PCR positivo.

Compartir el calor y el cansancio de los jóvenes y el personal médico que labora en estas instituciones es un ejercicio de empatía que todos deberíamos experimentar en estos tiempos, pues gracias a ellos Cuba ha logrado resistir ante esta terrible epidemia.