La Habana, Cuba. – Una inmensa nube de polvo del desierto africano del Sahara avanza sobre el Caribe, región que a fines del pasado mes de junio sufrió el impacto de otro fenómeno similar.

Aunque en esta ocasión es menos densa y no es muy visible a simple vista, esa nube se extiende sobre el Atlántico hasta la región caribeña y se mantendrá durante los próximos días con niveles de concentración de polvo por encima de los normales.

Es un fenómeno que se produce cíclicamente, que va a pasar todos los años con nubes más grandes o más pequeñas, dice el meteorólogo Eugenio Mojena, quien es reconocido en Cuba como el mayor experto en ese tema.

Nacidas en las tormentas de arena del Sahara, esas nubes ascienden entre 5 y 7 kilómetros y recorren largas distancias impulsadas por los vientos Alisios que las arrastran hasta esta zona.

Menos amenaza

El meteorólogo Eugenio Mojena afirma que las nubes de polvo del Sahara inhiben la formación de ciclones tropicales, pues generan una gran estabilidad atmosférica con muy poca nubosidad.

También impiden que la radiación solar llegue a la superficie marina, lo que trae como consecuencia que se enfríe el agua, otro factor que conspira contra el nacimiento de los ciclones.

Es ciencia establecida que esas nubes son moduladoras de la temporada ciclónica en el Atlántico, porque mientras más polvo, hay menos meteoros, indica Mojena.

El especialista asegura que en esta época del año esas nubes llegan una detrás de la otra y, dice, pasamos el verano bajo ese efecto, muchas veces sin apenas darnos cuenta, a pesar de que tienen también influencia sobre la salud humana y en particular el sistema respiratorio.