La Habana, Cuba. – Vecinos del Consejo Popular San Isidro, en La Habana Vieja, advierten sobre una indisciplina social que atenta contra la tranquilidad ciudadana y el necesario descanso de niños, ancianos y enfermos de la comunidad: el reguetón a todo volumen a cualquier hora del día o de la noche.

Recurrente en varias zonas de la capital, el fenómeno reproducido por individuos indiferentes a las normas legales e insensibles ante los problemas de personas vulnerables, incomoda e irrita a quienes padecen semejante arbitrariedad.

Algunos se creen con derecho a plantar un bafle en la puerta de su casa y expandir en altos decibeles sus gustos musicales; otros   comparten la musicanga -dentro de su hogar- con el resto del vecindario.

Autoridades al margen, nadie acude a requerir –y menos a multar- a aquellos que incurren en la contravención y todo queda en el refrán de la abuela: ¿quién le pone el cascabel al gato?