La Habana, Cuba. – El 17 de mayo de 1946, el campesino guantanamero Niceto Pérez fue vilmente asesinado delante de su hijo de solo 7 años, por negarse a abandonar sus tierras.

La crueldad del hecho marcó a los campesinos de la zona y, en respuesta, decidieron erigir un monumento y declarar la fecha como Día del Campesino, en homenaje a ese valiente cubano. Años más tarde, con la llegada de la Revolución al poder, nuestro Comandante en Jefe, Fidel Castro, escogió el 17 de mayo para promulgar la Primera Ley de Reforma Agraria, la más trascendente normativa rubricada por el Gobierno revolucionario.

A partir de ese momento, las tierras comenzaron a pasar a manos de los campesinos, sus verdaderos dueños, materializándose así uno de los postulados de La historia me absolverá, relacionado con el derecho a la tierra.

ANAP: Organización de vanguardia

La promulgación de la Primera Ley de Reforma Agraria y el empoderamiento del campesinado, dio lugar a la necesidad de crear una organización que los aglutinara y velara por sus derechos, surgiendo así, por idea de Fidel Castro, la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños (ANAP).

En aquel momento, Fidel expresó: Es necesario que los pequeños agricultores, en vez de ser cañeros, tabacaleros, sean sencillamente pequeños agricultores.

La organización surgió como fruto de la obra revolucionaria y de las tradiciones de lucha del campesinado cubano.

La ANAP, desde su fundación, ha contribuido a impulsar el desarrollo de los campos; ha guiado a los campesinos y los ha representado ante el Estado y la sociedad.

Hoy, a 61 años de su nacimiento, continúa haciendo historia dentro del proceso socialista cubano.