La Habana, Cuba. El año que terminó resultó una etapa de retos para los habaneros con la llegada de la variante Delta de la COVID-19 y el ascenso acelerado de casos positivos.

La situación requirió establecer centros de aislamiento, aseguramiento de recursos imprescindibles en unidades de la Salud y realizar un exhaustivo esfuerzo en los servicios necrológicos.

Todo ello unido a una precaria situación económica como consecuencia del azote de la pandemia mundial y el recrudecimiento del bloqueo.

En medio de este difícil escenario nuestros científicos terminaron los ensayos clínicos y comenzó una exitosa campaña de vacunación con Soberana 02 y ABDALA, lo que permitió disminuir paulatinamente el número de fallecidos e ir controlando poco a poco los contagios y enfermos, condición favorable que posibilitó el paso a la recuperación de la vida de la ciudad.

Transformando lo feo en bello

A pesar de la tensa situación económica y epidemiológica, La Habana cerró 2021 con resultados positivos y con más del 80 por ciento de su población vacunada contra la COVID-19.

Las carencias económicas y el obligado aislamiento en la ciudad no impidieron que se avanzara en la construcción de casas y que se iniciara el programa de transformación de 65 comunidades vulnerables.

Ese proyecto no solo centró sus acciones en reparar escuelas, policlínicos, consultorios médicos, bodegas y parques, sino que llegó a más de 10 mil núcleos que no tenían Libreta de Abastecimiento.

También se entregaron prestaciones económicas a familias vulnerables. A la intensa labor de las autoridades de la capital, acompañadas de los ministerios e instituciones estatales, se sumó el pueblo que apostó por seguir haciendo de La Habana una ciudad que enamora.

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