Sancti Spíritus, Cuba. – La amistad del Mayor General Serafín Sánchez Valdivia con José Martí y el Generalísimo Máximo Gómez contribuyó decisivamente a la unidad entre los mambises del 68 y los Pinos Nuevos.
El espirituano se levantó en armas en febrero de 1869 al frente de un pequeño grupo de combatientes y lucho también durante la Guerra Chiquita; ascendió por su valor, inteligencia y capacidad al grado de Mayor General a las órdenes de insignes jefes entre ellos el Generalísimo.
Al término de aquella gesta abandonó Cuba y, tras una estancia en Estados Unidos, permaneció durante 11 años en República Dominicana colaborando en el Plan Gómez-Martí.
Su honestidad y patriotismo contribuyó a que los guerreros, encabezados por Máximo Gómez, y la nueva ornada, con Martí al frente, lograran la unidad para organizar y desarrollar la Guerra Necesaria.
Por la libertad de Cuba
Serafín Sánchez cumplió importantes misiones encomendadas por el Apóstol, como defender el proyecto martiano en el seno de la poderosa convención cubana y escribir semblanzas de héroes populares para el periódico Patria.
Prueba de su amistad y confianza, Martí escribió más de 100 cartas a Serafín, para ser el segundo amigo con esa cantidad, solo superado por el mexicano Manuel Mercado.
De José Martí es la frase que expresa: Serafín Sánchez tiene de columna hasta la estatura, prueba de la admiración y confianza de quien también dijo que había luchado en los campos de Cuba por la libertad de la Patria.
Serafín Sánchez Valdivia cayó en combate el 18 de noviembre de 1896, en el Paso de Las Damas, cerca de su natal Sancti Spíritus, momento en que legó para sus coterráneos la orden: Me han matado, eso no es nada, siga la marcha.