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Carlos del Porto Blanco

Toda la ciencia sería superflua si la apariencia y la esencia de las cosas coincidieran. Carlos Marx.

En los tiempos que corren, la ciencia y la tecnología son las protagonistas prácticamente de todo evento. Tener a mano libros escritos por expertos y en un lenguaje sencillo es necesario para poder comprender la sociedad contemporánea y los posibles escenarios por venir. Sin embargo, desgraciadamente la infobasura abunda. Es por ese motivo que se agradecen libros como “La osadía de la ciencia” de Agustín Lage Dávila, publicado por la Editorial Academia en 2018. Un elemento adicional a señalar es que el libro contextualiza los contenidos a las condiciones concretas de la Cuba de hoy.

Ya desde el exergo que antecede la lectura el autor nos da la pauta de por donde irán las cosas. “[…] y comprendía, ahora, que el hombre nunca sabe para quién padece y esper. Padece y espera y trabaja para gentes que nunca conocerá […] pero la grandeza del hombre está precisamente en querer mejorar lo que es. En imponerse tareas”. Alejo Carpentier. El reino de este mundo.

El autor de la obra, Agustín Lage Dávila (1949) es doctor en ciencias biológicas y ha dedicado su vida a la lucha contra el cáncer. Fue director por más de 20 años del Centro de Inmunología Molecular, CIM. Actualmente es asesor del Consejo de Estado en el campo de la ciencia y la innovación. Es una personalidad reconocida en el campo científico y en la divulgación de la ciencia. Es autor de cuatro libros, este que se reseña es el tercero de ellos. Son destacables sus dotes como comunicador, tiene el don de explicar a los públicos más variados temas muy complicados de una manera sencilla. Algo que caracteriza a Agustín es su amplitud de conocimientos y curiosidad, quizás una sin la otra no existiese. Lage se mueve en diversas áreas del conocimiento con una soltura sin igual. Me atrevo a decir que Agustín Lage Dávila es el claro ejemplo de un neorrenacentista.

El profesor Néstor del Prado señala en el prólogo del texto “Las funciones de la ciencia en el modelo económico cubano constituyen un tema de gran relevancia y el autor insiste en ello con razones convincentes. La ciencia formará parte de las fuerzas productivas en la medida en que logremos conectar ciencia, producción y economía”.

Y se señala a continuación “también el libro podrá ser un documento de consulta de los ciudadanos y en alguna medida de especialistas en la temática abordada. Es muy importante, además, la conexión que el autor hace entre ciencia y cultura, en lo que el ser humano resulta decisivo para acercarnos todo lo posible a un sistema armónico de creación y salvaguarda de valores éticos y morales, para lograr una verdaera cultura de pensamiento científico. El proyecto socialista cubano queda tratado de manera consistente, con optimismo fundamentado y con la dosis de pasión de quienes tenemos sobradas razones para defenderlo”.

Este libro tiene una estrecha relación con el primero publicado por el autor, La economía del conocimiento y el socialismo, cuya primera edición se realizó en el 2013 y la segunda, ampliada, en el 2015. Según Lage, eso fue un intento de sistematizar las ideas surgidas durante los años de fundación de la industria biotecnológica cubana.

La idea del tercer libro surgió por el propósito del autor de incluir reflexiones sobre los orígenes y las características del método científico, y sobre todo sobre las formas concretas en que ocurre (o deja de ocurrir) la conexión de la ciencia con la economia y la cultura, insistiendo sobre el concepto de que la tarea esencial de los jóvenes científicos de hoy es reforzar esas conexiones, y hacer que ellas tributen al objetivo mayor de construir la sociedad socialista cubana.

Lage señala que la historia suele verse de manera diferente cuado la escriben quienes la vivieron y se apoyan en sus propias experiencias, y cuando la escriben los que vienen después y recogen datos de los archivos. Ambas aproximaciones son válidas y complementarias. Los que escriben desde la perspectiva del tiempo transcurrido tienen la ventaja de conocer el efecto a largo plazo de los incidentes de una época, y pueden distinguir mejor entre lo coyuntural y las tendencias de mayor alcance.

El texto hace un recorrido por las diferentes etapas que ha recorrido la ciencia revolucionaria en Cuba. Toma como caso de estudio al Centro de Inmunología Molecular, por ser el autor, creador y director durante muchos años de esa institución. Tambien aborda la temática de la ciencia y sus posibilidades; los límites que esta tiene, la complejidad, los desafíos que significan la actual avalancha de datos, los peligros de las pseudociencias, los paradigmas de la ciencia; la ciencia y el socialismo; la ciencia y la economía; el triángulo ciencia-cultura-economia; y ciencia y geopolítica.

Para cerrar este escrito se puede decir que este libro trata sobre la ciencia y sus múltiples enclaves de una manera didáctica y motivadora. Tambien se aborda el rol que la ciencia en el futuro de Cuba a partir de la amplia experincia que tiene al autor, recorre todo el texto el pensamiento marxista, martiano y fidelista demostrando que Agustín lo tiene incorporado en su forma de pensar.

Este volumen es necesario para un público especializado o no, pero soy del criterio de que debe ser un libro de cabecera para todo directivo independientemente de la rama y el nivel en que se encuentre.

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