La Habana, Cuba. – Ya es una realidad, los casos de COVID-19 mantienen tendencia a la baja en Cuba y con ello se reanima la vida cotidiana, lo que no significa que lancemos al aire todas las medidas sanitarias para evitar el contagio.

Una simple mirada a cualquier localidad cubana denota un amplio movimiento de personas, mientras en cualquier establecimiento es perceptible la aglomeración de posibles compradores.

Sin dudas, desandar calles y hacer colas son parte hoy del quehacer cotidiano del cubano, pero en ambos escenarios se mantiene vigente el uso del nasobuco, guardar al menos un metro y medio de distancia entre las personas, evitar los tumultos, al entrar a los establecimientos usar el paso podálico y lavar las manos con solución clorada, acciones estas que en ocasiones se incumplen, algo que puede costar caro ante la COVID-19, la que ha menguado pero no ha desparecido y sigue al acecho.