La Habana, Cuba. – Jornada mundial que convoca a los seres humanos a infundir esperanza y fortaleza en quienes enfrentan desafíos es el Día de Nunca Rendirse, celebración de perseverancia, determinación y compromiso con metas, valores y misiones personales.
Nacido el 18 de agosto de 2019, su impulsor es Alain Horoit, conocido como Señor Nunca te rindas; luego de enfrentar una etapa difícil, decidió crear una jornada para honrar la resiliencia, transformar el dolor en fuerza y reconocer el valor de quienes no se dejan vencer.
Horoit ha dicho que sea porque se luche por una recuperación, se enfrenten desafíos económicos o se supere un tiempo difícil, la fuerza de no rendirse pertenece a todos y merece ser reconocida.
El Día de Nunca Rendirse construye una cultura de persistencia propia y compartida y se expresa en la filosofía de vida de acompañarnos cotidianamente.
Día que sirve a todos
El Día de Nunca Rendirse deviene espacio para reflexionar y compartir historias de fortaleza, pues en esencia habla y sirve a todos: desde quienes lograron ser personalidades, hasta los que en batallas silenciosas enfrentan enfermedades o son ejemplares cuidadores.
La jornada se expande a cualquier ámbito y su principio es reconocer el valor de los esfuerzos en las dimensiones emocional, social y espiritual.
El nadador francés Philippe Croizon, perdidas las extremidades, finalizó la hazaña de unir los cinco continentes a nado; y Nelson Mandela, tras 27 años preso, fue presidente de Sudáfrica y símbolo de la constancia.
A quienes desde el anonimato retan los reveses, vaya el homenaje con nombres de cubanas: a la periodista Rosario de Feria, cuidadora de su madre y fallecida por cáncer; y a la socióloga María Emilia Sosa, batalladora en la hemodiálisis.