La Habana, Cuba. – En estos tiempos de decadencia imperial, cuando más agresiva se comporta la Unión, es imprescindible estudiar a fondo la historia de ese país y recordar lo que dijo el escritor británico George Orwell “Quien controla el pasado controla el futuro, y quien controla el presente controla el pasado”.

El libro del que hablaré hoy va en ese camino, “El gigante de las siete leguas. Prontuario ilustrado de las agresiones de Estados Unidos contra los pueblos de nuestra América” fue editado entre el Centro de Investigaciones de la Seguridad del Estado y la Editorial Capitán San Luis en el año 2010, es una edición de lujo a todo color que consta de más de 300 fotografías, un centenar de grabados y óleos de la época, una treintena de mapas y20 documentos facsimilares.

El conocimiento de la historia de las relaciones injerencistas de Estados Unidos con América Latina no responde solo a la legitima curiosidad intelectual, ni a la creciente y exigencia apetencia de erudición de los millones de lectores que en el mundo globalizado de hoy deciden, entre las múltiples opciones que colocan en sus manos centenares de editoriales, librerías y bibliotecas, poner su atención en las realidades pasadas y presentes del acontecer interamericano. Esa demanda, desde luego, es mucho más intensa donde florecen públicos convencidos de que ese convencimiento es, también, un imperativo de la identidad cultural, la conciencia nacional y la soberanía. Ese es el caso, sobre todo, de aquellos países de nuestra América que han emprendido profundas experiencias revolucionarias. Y que más allá de transformar sus sistemas socioeconómicos y políticos, han llevado consigo trascendentales cambios culturales, reivindicativos de la autodeterminación, la independencia y la dignificación humana, convencidos de que como dijera Fidel, “un mundo mejor es posible”.

Con la presentación de este volumen se incorpora un material necesario y oportuno al esfuerzo bibliográfico que, de manera renovada y vigorosa, se ha llevado en Cuba, al propiciar un conocimiento amplio y profundo de las realidades que la política intervencionista de Estados Unidos le ha impuesto a Nuestra América. Así se da un nuevo paso al empeño de crecer, de ser más cultos y más libres.

La obra contiene, como se constata desde las primeras páginas, una valiosa información, organizada de manera cronológica, procurando acercar la mirada a una perspectiva político – ideológica, desde la cual abordar lo esencial del proceso histórico que conduce a la formación de la nación y del imperialismo en la sociedad estadounidense y ese segmento de las relaciones interamericanas que se concentra en la esfera del intervencionismo , donde, con frecuencia, las acciones encubiertas son hasta opacadas por aquellas que se despliegan de forma desembozada. A través de los diferentes capítulos o secciones se penetra con profundidad y agudeza en el intrincado entramado histórico de Estados Unidos, evidenciándose el papel de las determinaciones económicas, y se reflejan los procesos fundamentales del desarrollo del capitalismo allí.

En el texto se aprecia el recorrido, marcando epígrafes, ejes temáticos o secciones, muchos de los momentos y etapas más importantes que caracterizan la política intervencionista de Estados Unidos a partir de su surgimiento como nación. “El nacimiento de un imperio (1776 – 1901)”, por ejemplo, resume desde su presentación gráfica el sentido de la expansión hacia el oeste, y mediante ilustraciones y datos “Los primeros afanes imperialistas de los Estados Unidos”, precisa y prolonga representaciones análogas, con gran capacidad didáctica. Lo mismo ocurre con otros casos, como los que se denominan “América para los americanos” o “La matanza de Wounded Knee”, que fijan coyunturas decisivas en la proyección imperialista temprana, en la década de 1820, o en el último decenio del siglo XIX.

La ejemplificación citada permite fijar, por ejemplo, circunstancias en las que alternan la continuidad y el cambio. Cuando se observa y lee “La diplomacia del dólar y las cañoneras”, “Las falacias del Buen Vecino”, “La doctrina Truman”, y “La doctrina Johnson”, se hace notoria la potencialidad de ese ejercicio. desde esa perspectiva tiene gran validez y vigencia la apreciación de Fidel realizada el 26 de julio de 1978, al decir […] cada gobernante de los Estados Unidos tiene una frase retorica para América Latina o para el mundo: uno habló del buen vecino, otro de la Alianza para el Progreso; ahora la consigna es los derechos humanos. Nada cambió en su política hacia el hemisferio y el mundo, todo quedó igual; siempre prevaleció la diplomacia de las cañoneras y el dólar, la ley del más fuerte. Las frases son tan efímeras como las administraciones. Lo único perdurable en la política yanqui es l mentira”.

En estos tiempos tempestuosos en que el hegemón no quiere admitir el advenimiento de un mundo multipolar, libros como este ayudan a conocer su esencia y poder navegar sin GPS pero guiados por la Estella Polar, que es este caso es el apetito imperial insaciable de los Estados Unidos por nuestros pueblos. Aquí lo dejo, traten de conseguir el libro con algún librero de libros usados, o leerlo en la tranquilidad de una biblioteca, les aseguro que lo disfrutarán.