La Ley de Leyes que la mayoría del pueblo cubano ratificó el 24 de febrero pasado tiene por primera vez en nuestra historia un acápite aparte para la economía.

Diferente a la Carta Magna aún hoy vigente, la que refrendamos en las urnas cuenta con un título específico -el número 2- que fija los conceptos principales referidos a ese sector que transversaliza toda la sociedad.

En él se ratifica a la empresa estatal socialista como el actor principal de la economía cubana, en tanto reconoce otras formas de propiedad sobre los medios de producción, incluyendo la privada.

Igualmente, cobra preponderancia en el texto constitucional la participación de los trabajadores en los procesos de planificación, regulación, gestión y control de la economía.

Prioridad en la Cuba de hoy

En Cuba, la inversión extranjera constituye factor activo y fundamental para el crecimiento económico. Por ese motivo, no podía ser diferente su inclusión en la nueva Carta Magna.

La ley de leyes, fruto de la construcción e inteligencia colectiva de un pueblo, establece que el Estado promueve y brinda garantías a la inversión extranjera, como elemento importante para el desarrollo del país.

Todo ello sobre la base de la protección y el uso racional de los recursos humanos y naturales, así como del respeto a la soberanía e independencia nacionales.

Otro aspecto totalmente nuevo en la Carta Magna cubana refrendada es el vínculo de la ciencia con la economía, que es visto también como uno de los motores del desarrollo.

Así, la Constitución que recién ratificamos en las urnas reafirma la prioridad que tiene la economía en la Cuba de hoy.