La Habana, Cuba. – El año que concluye registró en Cuba diversas contingencias que enlutaron al pueblo con la pérdida de varios de sus gloriosos hijos.

La explosión en el capitalino hotel Saratoga y el desplome instantáneo de parte de su estructura, así como los severos daños a edificios colindantes despertaron el espíritu solidario de miles de compatriotas que acudieron a la zona del desastre para ayudar en las labores de rescate y salvamento de las víctimas.

Fueron días de agonías y cansancios trasnochados en los que bomberos y rescatistas, médicos y paramédicos, transportistas, oficiales y soldados de las Fuerzas Armadas y el ministerio del Interior juntaron experiencias y esfuerzo físico en hermoso gesto altruista que resaltó los valores, la entereza y el patriotismo de héroes anónimos, crecidos ante el dolor y las adversidades emanados de la tragedia. 

Retos en matancera Base de Supertanqueros

El gigantesco incendio en la Base de Supertanqueros de Matanzas impuso retos al pueblo y las autoridades tras la pérdida de vidas humanas y los cuantiosos daños materiales que ocasionó el siniestro.

La ayuda solidaria de países hermanos como México y Venezuela contribuyó -con recursos humanos y materiales- a sofocar las devastadoras llamas en una zona donde la naturaleza también recibió mortal estocada.

A raíz del accidente, el gobierno de Estados Unidos ofreció asesoría técnica y unos 100 trajes de bomberos con sus correspondientes equipamientos, los cuales se distribuyen entre las brigadas del Cuerpo de Bomberos.

Otro tanto sucedió tras el paso del huracán Ian por la provincia de Pinar del Río: un nuevo meteoro con la fuerza solidaria de un país que no se deja vencer ante los contratiempos.