La Habana, Cuba. – El físico español especializado en el campo de la óptica José María Otero de Navascués Enríquez de la Sota, nace en Madrid, España, el 16 de marzo de 1907, IX marqués de Hermosilla, Contralmirante-ingeniero de la Armada.

Otero realizó importantes estudios en óptica geométrica, física, fisiología y energía nuclear. En 1942 Otero descubrió la miopía nocturna aumentando la visión en prismáticos y telescopios en un 66%. Por otro lado, Otero puede considerarse como el padre de la energía nuclear en España ya que fue presidente de la Junta de Energía Nuclear desde 1958 hasta 1974. Durante ese periodo se creó el primer reactor español, el reactor de la Moncloa (1958) y en 1969 la primera central nuclear española, la José Cabrera en Almonacid de Zorita. En 1965 fue nombrado presidente de la Sociedad Europea de Energía Atómica y en el 1968 presidente de la Oficina Internacional de Pesos y Medidas. En 1968 fue nombrado gobernador del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA).

En 1935 fue destinado a los Servicios Técnicos Industriales de Artillería de la Armada. Durante la Guerra Civil se refugió en el Consulado de Noruega sin tomar partido, lo que posteriormente le causaría problemas. Tras la Guerra, fue nombrado jefe del Laboratorio de Óptica de la Armada y en 1948 director del Laboratorio y Taller de Investigación del Estado Mayor de la Armada (LYTIEMA). Fue el creador de la Empresa Nacional de Óptica (ENOSA), que además de proveer a la Armada de aparatos ópticos, suministraba a la industria y al mercado civil. Comenzó entonces su actividad científica en el CSIC. Otero nunca rechazó una ayuda para estudiar en el extranjero e importar los conocimientos a la España de entonces. Conocedor de los principales idiomas europeos se mantuvo siempre en el panorama científico internacional pero nunca aceptó las ofertas de laboratorios extranjeros pues una de sus más profundas motivaciones era la mejora de la ciencia en España.

Sus principales aportaciones científicas se centraron en el campo de la Óptica geométrica, física y fisiológica a través del grupo de trabajo del Instituto de Óptica «Daza de Valdés», una sección de Óptica del Instituto Alonso de Santa Cruz del CSIC que estuvo dirigido por el propio Otero de Navascués. Durante los años cuarenta, la actividad de Otero se centró principalmente en el mundo de la óptica, consiguiendo importantes avances algunos de ellos de repercusión internacional, como los estudios centrados en el rendimiento fotométrico de los instrumentos, la miopía nocturna o la investigación en Óptica fisiológica y geométrica.

Su relación con el mundo científico norteamericano le había proporcionado a Otero unos conocimientos importantes sobre lo que estaba ocurriendo en el campo de la energía nuclear en cuestión de reservas y conocimientos técnicos. En 1947, presenta un informe al CSIC, aconsejando que se iniciaran las investigaciones sobre la energía nuclear en España tras la cual se constituyó una Comisión de Estudios. El 19 de enero de 1950 se nombra para la dirección a Otero de Navascués, Terradas, Durán, Colino y Vigón, entre otros, que emprendieron, como tarea fundamental, la formación del personal que iba a constituir la primera promoción de especialistas nucleares, así como los primeros programas de investigación. La central nuclear José Cabrera se comenzó a construir en julio de 1965, y se finalizó en tiempo récord en marzo de 1968, tan solo 12 años después de la construcción de la primera central nuclear en el mundo (Calder Hall, en Gran Bretaña).

José María Otero de Navascués Enríquez de la Sota, muere en Madrid, España, el 9 de marzo de 1983.