La Habana, Cuba. – El astrónomo español José Comas y Solá, nace en Barcelona, Cataluña, España, el 19 de diciembre de 1868. Siempre mostró una gran predilección por los estudios científicos. Tenía 15 años cuando estudió un meteorito que cayó cerca de Tarragona, publicando el resultado de su búsqueda en la revista Astronomie. También de joven realizó algunos trabajos de un eclipse lunar y del enjambre meteórico de las Andromédides de noviembre de 1885.

En 1886 comienza los estudios de física y matemáticas en la Universidad de Barcelona, hasta obtener la licenciatura, y nada más terminar la carrera inició sus investigaciones astronómicas. En 1890 comenzó sus observaciones de Marte con un anteojo Bardou de 108 milímetros cuyo resultado fue la confección de un mapa de ese planeta, que presentó a la Real Academia de Ciencias y Artes de su ciudad natal. Con ese pequeño telescopio estudió también Júpiter, Saturno y el Sol. Hay que destacar que Comas se opuso a la corriente liderada por el astrónomo norteamericano Percival Lowell que proponía la existencia de canales que atravesaban la superficie del planeta.

Fue astrónomo del Observatori Català de Sant Feliu de Guíxols (Gerona) desde 1895 a 1897, realizando un viaje de estudios a Italia y a Sicilia dos años más tarde, visitando los principales observatorios y los volcanes Vesubio y Etna. La Real Academia de Ciencias y Artes de Barcelona le encargó la organización de una misión en Elche para estudiar el eclipse de Sol del 28 de mayo de 1900. Fue un impulsor de la fotografía y el cine aplicadas a la Astronomía. Aprovechando el eclipse de Sol de 1905 una misión del Observatorio Fabra se desplazó hasta Vinaroz (Castellón) para observar el fenómeno. Comas se sirvió de un cinematógrafo Gaumont y adaptándole el prisma del espectrógrafo, registró en cine, por primera vez en el mundo, el espectro de la cromosfera solar. Determinó el diámetro de Mercurio observando su tránsito por delante del Sol de 1907 y 1909. A principios del siglo XX, centró su atención en el planeta Júpiter, sus numerosas observaciones planetarias le permitieron descubrir la interacción entre la Banda Templada Sur (STB) y la Gran Mancha Roja (RS). Observando sus satélites, llegó a resolver sus discos y detectar detalles de albedo en los mismos, detectando una zona más clara en Ganímedes, que interpretó erróneamente como un casquete polar.

Respecto a Saturno, las observaciones de ese planeta fueron continuadas por Comas y Solá desde 1890 hasta 1937. Entre los resultados más importantes podemos citar su teoría de las variaciones luminosas del anillo en función de la diferencia de azimutes, con relación a su plano, del Sol y de la Tierra; el descubrimiento del periodo de rotación de la mancha blanca de Barnard (1902), y la rotación diferencial (el ecuador gira más rápido que el polo) de la atmósfera de Saturno (1903).

Mención aparte son las observaciones en 1907 de Titán, que demostraron la existencia de atmósfera en ese satélite. Comas Solà pudo observar una propiedad de las atmósferas planetarias denominada oscurecimiento hacia el limbo. La luz difundida y reflejada por el limbo atraviesa un camino más largo a través de la atmósfera, siendo así más atenuada que la radiación difundida por el resto del disco. El efecto de oscurecimiento hacia el limbo de Titán y por lo tanto la existencia de una atmósfera en el mayor satélite de Saturno, sólo pudo ser confirmado en 1944 por Gerard Kuiper, quien lo corroboró espectroscópicamente al encontrar metano. Esos trabajos fueron publicados en la prestigiosa revista Astronomische Nachrichten. Comas observó y fotografió con regularidad el retorno del cometa Halley el año 1910, estudiando su actividad, cambios de su estructura de las colas y erupciones gaseosas. Después de analizar las direcciones y el radiante de los meteoros de la lluvia del 9 de octubre de 1915, dedujo que estos procedían del cometa Giacobini-Zinner, recibiendo la lluvia el nombre de Giacobínidas.

José Comas y Solá muere el 2 de diciembre de 1937, en Barcelona, Cataluña, España.