La Habana, Cuba. – El médico y astrónomo alemán, Heinrich Wilhelm Matthäus Olbers, nace en Arbergen, cerca de Bremen, actual Alemania, el 11 de octubre de 1758 y muere en Bremen, actual Alemania, el 2 de marzo de 1840). Es principalmente conocido por la paradoja de Olbers.

(4) Vesta es el segundo objeto con más masa del cinturón de asteroides y el tercero en tamaño, con un diámetro principal de unos 530 kilómetros. Perdió cerca del 1 % de su masa en un impacto ocurrido hace poco menos de mil millones de años. Muchos fragmentos de ese impacto han chocado con la Tierra, constituyendo una fuente rica de información sobre el asteroide. Vesta es el asteroide más brillante y el único en ocasiones visible a simple vista como un astro de sexta magnitud. El punto más lejano en su órbita al Sol supera en no mucho al punto más cercano al sol de la órbita de Ceres.

Vesta fue descubierto el 29 de marzo de 1807 desde Bremen por Olbers, cuyas aficiones llevaron a estudiar la órbita de los cometas (de hecho, descubrió cinco cometas, además de los asteroides Vesta y Palas). Olbers bautizó al asteroide como Vesta, la diosa virgen romana del hogar, a sugerencia del matemático Carl Friedrich Gauss. Tras el descubrimiento de Vesta en 1807, se tardó otros 38 años en encontrar un nuevo asteroide, (5) Astraea. Durante ese tiempo, a los cuatro asteroides conocidos se los contaba como planetas y cada uno tenía su propio símbolo planetario. Es el más denso de los asteroides. Los científicos creen que ese cuerpo presenta un interior diferenciado en capas, con un núcleo de hierro-níquel y un manto rico en olivino. Está en el Cinturón Interior Principal, que se encuentra por dentro de los Huecos de Kirkwood a 2.50 Unidades Astronómicas. Es similar a (2) Palas en volumen, pero significativamente más masivo.

La forma de Vesta es relativamente cercana a un esferoide achatado gravitacionalmente relajado, pero la gran concavidad y protrusión en el polo le descartan de ser considerado un planeta bajo la Resolución XXVI 5 de la IAU. En cualquier caso, esa resolución fue rechazada por los miembros de la IAU y Vesta continuará siendo considerado como asteroide. Sin embargo, es posible que Vesta pueda ser clasificado como planeta enano en el futuro, si se determina convincentemente que su forma, aparte de su cuenca de impactos masivos en el polo sur, es debida a equilibrio hidrostático.

Las temperaturas en la superficie se han estimado en torno a los –20 grados Celsius con el Sol en lo alto, cayendo hasta los –190 grados Celsius en el polo invernal. Las temperaturas típicas del día y la noche son –60 grados Celsius y –130 grados Celsius, respectivamente. Esa estimación es del 6 de mayo de 1996, muy cercana al perihelio, mientras que los detalles varían algo entre temporadas.