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La Habana, Cuba. – El astrónomo alemán David Fabricius, nace el 9 de marzo de 1564, en Esens, Ostfriesland, actual Alemania y muere el 7 de mayo de 1617, en Osteel, Ostfriesland. En 1610 David y su hijo Johannes observaron manchas mediante telescopios. David publicó una descripción el 13 de junio de 1611. Galileo Galilei les enseñó manchas solares a astrónomos en Roma, y Schneider las observó probablemente durante dos o tres meses. La amarga disputa subsiguiente por la prioridad del descubrimiento entre Galileo y Schneider, ninguno de los cuales sabía del trabajo de los Fabricius, fue por tanto vana.

Una mancha solar es una región del Sol que tiene una temperatura más baja que sus alrededores, y con una intensa actividad magnética. Una mancha solar típica consiste en una región central oscura, llamada «umbra», rodeada por una «penumbra» más clara. Una sola mancha puede llegar a medir hasta 12 000 kilómetros (casi tan grande como el diámetro de la Tierra), pero un grupo de manchas puede alcanzar 120 000 kilómetros de extensión e incluso algunas veces más. La penumbra está constituida por una estructura de filamentos claros y oscuros que se extienden más o menos radialmente desde la umbra. Ambas (umbra y penumbra) parecen oscuras por contraste con la fotosfera, simplemente porque están más frías que la temperatura media de la fotosfera; así la umbra tiene una temperatura de 4000 grados Kelvin, mientras que la penumbra alcanza los 5600 grados Kelvin, evidentemente inferiores a los aproximados 6000 grados Kelvin que tienen los gránulos de la fotosfera.