La Habana, Cuba. – El año 2022 fue difícil para la salud pública cubana pero también un año de un mayor crecimiento humano y profesional. El compromiso y la entrega de los trabajadores del sector permitieron alcanzar la estabilidad epidemiológica en el país.
Aún cuando en Cuba se logró el control de la Covid-19, que aún no ha desaparecido, el sistema sanitario enfrentó obstáculos, entre ellos la escases de insumos y medicamentos, la epidemia de dengue, la explosión del Hotel Saratoga, el incendio en la Base de Supertanqueros de Matanzas y otros, que han demandado esfuerzos extraordinarios.
Al cierre del año, la Dirección de Registros Médicos y Estadísticas del MINSAP refiere, como datos preliminares, que en el país se reportó una tasa de mortalidad infantil de 7,5 por cada mil nacidos vivos, con 39 fallecidos menos que en 2021.
Cuba por la vida
En 2022 se trabajó en el país en acciones para la prevención y disminución de las enfermedades crónicas NO transmisibles, y se implementó una estrategia para su control.
Más de 23 mil colaboradores se desempeñan en más de cincuenta naciones donde salvan vidas. En la atención primaria se incrementó en más de 6 millones las consultas con respecto a 2021.
Como reconoció el ministro de Salud Pública, José Angel Portal, si bien en algunos lugares hay deficiencias que tienen el compromiso de superar, la entereza, sensibilidad, preparación y responsabilidad han sido fortalezas que permitieron encarar los desafíos, y ratificó el compromiso de laborar sin descanso para superarlos, porque la población lo necesita y merece. La capacidad de resiliencia de nuestros trabajadores de la salud ha sido admirable y lo han demostrado con creces en cada escenario, elogió.