El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció hoy en Miami que modificará la política hacia Cuba adoptada por su antecesor, Barack Obama, hace poco más de un año y medio.

Arropado por la más rancia derecha floridana, el mandatario estadounidense dijo que cancelaría todo el acuerdo establecido por el gobierno anterior, y firmó un documento que revierte los avances logrados entre La Habana y Washington en el acercamiento diplomático.

Con un discurso muy agresivo y una retórica atrasada y fuera de contexto, Trump afirmó que la liberación del comercio y los viajes a nuestro país no ayudan al pueblo, sino que, dijo, enriquecen al gobierno.

El presidente de Estados Unidos aclaró que no cerraría la embajada en La Habana, y aseguró que respetaría la soberanìa cubana, pero adelantó un reforzamiento del bloqueo, una política que defenderán en la arena internacional.

Retórica de la guerra fría

En su discurso Trump lanzó una serie de disparatadas condiciones para alcanzar lo que calificó como un nuevo pacto con el gobierno cubano.

En ese sentido, el mandatario puso en tela de juicio el futuro de las relaciones bilaterales, cuya marcha consideró como una concesión de la administración Obama sin recibir nada a cambio.

Ante un auditorio que reunía a lo más recalcitrante de la derecha de Miami, Trump afirmó sentirse orgulloso de los miembros de la Brigada mercenaria derrotada en Playa Girón hace 56 años, y destacó el papel de sus amigos Marco Rubio y Mario Díaz Balart.

Precisamente a Rubio le entregó el documento firmado para revertir la política hacia Cuba, en un gesto que muchos consideraron como un premio para el senador que más influyó para enturbiar las relaciones entre La Habana y Washington.

El presidente de Estados Unidos aclaró que no cerraría la embajada en La Habana. Foto: Tomada de Granma

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