La Habana, Cuba. – Tuve la dicha de tener en mis manos una joya editorial: el libro de fotografías “Solo detalles. La Habana. Arquitectura – Escultura”, cuyo texto y edición corrió a cargo de Fernando López y las fotografías responden a la firma de Liborio Noval y Julio Larramendi. Este volumen fue editado por Greta Editores en el 2004. Fernando López es arquitecto y profesor universitario. Fue fundador de la Comisión Nacional de Monumentos. Ha participado en varias obras de restauración o remodelación de edificaciones. El fotógrafo Liborio Noval ha trabajado para diversos medios de prensa, sus fotografías han ilustrado varios libros y revistas. Ha participado en más de 40 exposiciones personales y colectivas. En el caso de Julio Larramendi, es Doctor en Ciencias Técnicas, ha colaborado con varios medios de prensa nacionales y extranjeros, al igual que ha impartido docencia en Cuba y otros países. Se han publicado varios libros con sus fotografías y tiene participación en cerca de 60 exposiciones personales y colectivas.
Sobre este libro, el historiador de La Habana, Eusebio Leal, expresó en el prólogo: “El fotógrafo no nos revelaría la magia que nos circunda, si viendo no ve y oyendo no escucha. Así la sentencia bíblica renueva la convicción de que nuestros amigos Liborio y Larramendi conocen de esa verdad incontrastable que garantiza las claves del éxito de una instantánea. Se requiere el artista.”
La obra dedica sus páginas a mostrarnos los detalles que están frente a nuestros ojos y muchas veces no nos percatamos de ellos; fortalezas, techos, lámparas, columnas, portales, rejas, guardavecinos, puertas, balcones, escaleras, vitrales, monumentos, esculturas y el cementerio de Colón.
Recorrer las hojas de este volumen es un disfrute, ya que se aprecia por qué entre otros factores La Habana fue electa en votación internacional, como Ciudad Maravilla, pero quienes harán un mejor uso del libro son los arquitectos, restauradores e historiadores del arte, se los aseguro, vale la pena. Quiero cerrar esta nota con un fragmento de “Crónicas del regreso” de Alejo Carpentier, “al deambular por esta Habana que amo más que cualquier otra ciudad en el mundo, me he preguntado muchas veces si sus destinos no han sido regidos siempre por unos fabulosos coleccionistas de casas, avenidas, muelles, parques y edificios públicos. Es decir, por hombres que temen ver terminado su placer al lograr una obra perfecta”. Ahora si se acabó. Ah, y recuerden, si me ven por ahí, me saludan.