La Habana, Cuba. – Por su verdadero nombre poco se le conoce, pues Jesús Sablón Moreno es solo el apelativo dado en los papeles oficiales del 24 de junio de 1845, cuando nació en Jiguaní, al oriente de Cuba.
Trascendió a la historia como Jesús Rabí, el Mayor General, el mambí inclaudicable, el insurrecto de todas las guerras por la independencia cubana; el sobrenombre lo heredó del padre, que así llamaban y significa “maestro”.
De familia le vino aquel ímpetu marcado por demasiadas penurias, escasos fondos en los bolsillos y persecución española, al punto de ser asesinados el padre y su hermano Salvador. Todas, huellas para siempre en el espíritu del guajiro analfabeto, de mente lúcida y valentía perdurable.
En los campos peleó como un león, con heroísmo y modestia; Jesús Rabí había dicho: Juramos, ante el altar de la Patria, morir o ser libres.
General de los humildes
Jesús Rabí combatió con grandes de la historia cubana como Antonio Maceo, Máximo Gómez, Calixto García y Donato Mármol.
Con el Titán de Bronce estableció una amistad ejemplar, honrada con la confianza del General al designarlo entre los oficiales cubanos presentes en la Protesta de Baraguá. Luego de ella, peleó bajo las órdenes de los generales Manuel de Jesús Calvar y Guillermón Moncada.
Dejó el legado de días gloriosos en las batallas de Guisa, Peralejo y Santa Rita y, opositor de los intentos pacifistas de los enemigos de de la Patria después de la contienda del 95, volvió a los trabajos del campo.
El Mayor General Jesús Rabí, llamado el General de los humildes, estuvo entre los cubanos que en 1915 firmaron una carta enviada al Papa pidiendo la canonización de la Virgen de la Caridad del Cobre; ese año murió en su casa de Baire.