La Habana, Cuba. – A diferencia de otros cultivadores de la divulgación científica, el escritor ruso- estadounidense Isaac Asimov (1920-1992) nunca se limitó al campo de su especialidad académica, la bioquímica; su insaciable curiosidad científica y su talento para la “ciencia-ficción” le llevaron a ignorar las fronteras disciplinarias y los géneros literarios.
Este escritor es uno de los grandes autores del género de ciencia ficción, libros como «Fundación», «Yo robot» y otros, forman parte del imaginario popular. También fue un gran divulgador científico e histórico. Su viva inquietud intelectual, su vitalismo y su soltura para moverse entre distintos campos de actividad han hecho de él uno de los más populares autores modernos.
Buena parte de sus libros reúnen ensayos que cubren un amplio espectro temático. Tal es el caso del título que comento hoy “Los lagartos terribles”, en el que se reúnen un grupo de trabajos dedicados al descubrimiento de los metales y se hacen una serie de interesantes consideraciones acerca de su historia y propiedades más notables, particularizando en los casos del oro, del mercurio, del descubrimiento de la tabla periódica y del galio.
El ensayo que da nombre al libro, “Los lagartos terribles”, nos habla de la historia de los dinosaurios; “Monstruos agonizantes”, especula sobre las causas de su extinción y “Orificios en la cabeza” se ocupa de su evolución.
“Oh! El Este es Oeste, y el Oeste es Este”, subraya la relatividad de las convenciones geográficas, “Agua, agua por doquier”, mira a los lagos del planeta, mientras que “Alturas y depresiones terrestres” y “Las islas del mundo” se relacionan con los procesos de formación de la corteza terrestre. Finalmente, “Signo de admiración” es una irónica reflexión sobre las dificultades de la matemática, desde el teorema de Fermat hasta los factoriales.
Este es un libro ameno y cautivante para las personas que deseen conocer más, aquí les dejo la URL donde pueden descargarlo:
Disfruten su lectura y recuerden, si me ven por ahí, me saluda,