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Las cifras constituyen el único y auténtico leguaje universal. Georges Ifra.

La Habana, Cuba. – La historia de las ciencias está llena de ejemplos de personas extraordinarias que han sido capaces de proyectar sus ideas más allá del momento en que vivieron. Hoy dedicaré la columna a una mujer que fue capaz de hacer eso en el terreno de las matemáticas. Hablo de Olga Oleinik.

El libro electrónico “La incansable Olga Oleinik”, escrito por los chilenos Mónica Bombal y Gregorio Moreno, fue publicado en el 2018. Es un texto diseñado para la infancia con el fin de acercarla a las ciencias, y sobre todo mostrar que las niñas tienen la misma capacidad que los varones para lograr éxitos en estos campos, específicamente en las matemáticas. Uno de los logros de la publicación son las imágenes y el uso de los colores, que buscan atrapar la atención de los niños. También la inclusión de un glosario para que estos conozcan el significado de algunos de los términos usados.

Olga nació en el 2 de julio de 1925 en Ucrania, que en esa época era una de las Repúblicas de la antigua Unión Soviética. Desde niña sintió que había venido a la vida por algo y soñó condescubrir fórmulas matemáticas. Su vida estuvo marcada por separaciones y países enemistados. Pero era una niña talentosa para los números y las fórmulas, y supo brillar y convertirse en una destacada y reconocida investigadora matemática del siglo XX.

Caracterizada por su dedicación, Olga se convirtió en experta en diversas áreas de esa ciencia: curvas y superficies algebraicas, ecuaciones diferenciales y física matemática. Pero, sobre todo, es recordada por sus aportes a la teoría de ecuaciones diferenciales parciales y áreas afines. Sus resultados son fundamentales y extremadamente originales.

Los escritores están acostumbrados a escribir muchísimos libros, pero para un matemático elaborar 100 artículos ya se considera un orgullo. Escribir 200 es algo excepcional. Pero Olga redactó más de 350 artículos, una cantidad absolutamente impresionante. También fue autora de ocho libros.

El nombre de Olga Oleinik se asocia mucho con la llamada Teoría de Homogeneización. En ella se estudian problemas en los cuales aparecen simultáneamente varias escalas de tamaño. En cada escala, el problema se representa con el uso de una teoría matemática distinta. La Teoría de Homogeneización construye puentes entre esas distintas escalas.

Olga muere de cáncer el 13 de octubre de 2001 en Moscú, Rusia. Tras su deceso, sus colegas matemáticos escribieron: “Ella será recordada como una mujer con una personalidad muy fuerte. Era muy generosa con sus colegas, y su amistad, una vez adquirida, no tenía límite. Su pérdida será duramente resentida por la comunidad matemática internacional”.

Ojalá muchos padres descarguen este libro y lo den a sus hijos, pero sobre todo a las niñas. Es imprescindible que más de ellas se sumen a los estudios de las carreras STEM (ciencias, tecnología, ingenierías y matemáticas). No es posible el desarrollo del país sin una masa crítica de profesionales en esos campos. Pero hay que comenzar en los primeros años de la vida. Los padres y madres pueden ayudar mucho en ese propósito.