La vida moderna exige, y está a la espera de un nuevo tipo de plan, tanto para la casa como para la ciudad.
                                                                                                                                                                                       Le Corbusier

La Habana, Cuba. – La expresión “ciudad inteligente”es un concepto cuyas acepciones están sujetas a constante revisión. Por lo general se refiere a un tipo de desarrollo urbano basado en la sostenibilidad, capaz de responder adecuadamente a las necesidades básicas de instituciones, empresas y de los propios habitantes, tanto en el plano económico, como en los aspectos operativos, sociales y ambientales.

El concepto surge de la evolución de las Ciudades Digitales, que en el año 2004 nacen en España tras un trabajo realizado por el Ministerio de Industria de ese país con la elaboración del primer programa de Ciudades Digitales del mundo. Previo a la elaboración de ese trabajo, la empresa española ACCEDA reunió por primera vez en la historia, a más de 30 empresas de diversa procedencia sectorial (telecomunicaciones, seguridad, construcción, audiovisual, electrónica de consumo, material eléctrico, informática, salud, educación y otros), junto a gobiernos de regiones y ciudades españolas, para crear la Comunidad Digital. El resultado de esa reunión multisectorial fue la presentación de una ciudad de 5000 metros cuadrados que incluía viviendas, un banco, hospital, hotel, oficina de tributación, correos, oficinas de gobierno, escuela. Todo en un entorno urbano, con alumbrado público, semáforos y mobiliario, lo que conformaría una ciudad verdadera, pero en una presentación de formato cinematográfico. Años más tarde IBM acuñaría el término SmartCity.

Pero lo primero es lo primero, vayamos a las definiciones. Una de ellas plantea que, una ciudad inteligente es una ciudad «del conocimiento», «digital», «cibernética» o «ecológica», en función de los objetivos fijados por los urbanistas. Las ciudades inteligentes son innovadoras desde el punto de vista económico y social; siguen de cerca la evolución de infraestructuras esenciales, como vías de comunicación, puentes, túneles, aeropuertos, puertos marítimos, comunicaciones, agua, energía, incluso grandes edificios, con la finalidad de optimizar recursos y la seguridad. Se utilizan puntos de información, que permiten elaboraranálisis predictivos de los gustos, comportamientos y hábitos de transporte de los ciudadanos, lo que permite habilitar nuevas posibilidades en cuanto a la mejora de la eficiencia de las grandes urbes en campos como: la salud, el tráfico, la energía, y otros. Esas ciudades ofrecen a los ciudadanos prestaciones cercanas a lo óptimo en los servicios que oferta, proporcionando un entorno sostenible que propicie bienestar. Esos servicios son posibles gracias, fundamentalmente, a la infraestructura de las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones.

Las ciudades inteligentes se basan en el uso intenso de las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones,en la prestación de servicios públicos de alta calidad y calidez, seguridad, productividad, competitividad, innovación, emprendimiento, participación, formación y capacitación. Una ciudad podrá ser calificado de inteligente en la medida en que las inversiones que se realicen en capital humano, en aspectos sociales, en infraestructuras de energía, tecnologías de comunicación e infraestructuras de transporte, contemplen y promuevan una calidad de vida elevada, un desarrollo económico-ambiental durable y sostenible, una gobernanza participativa, una gestión prudente y reflexiva de los recursos naturales, así como un buen aprovechamiento del tiempo de los ciudadanos.

Una ciudad inteligente, desde el punto de vista estructural, es un conjunto de sistemas que funcionan en forma coordinada. El funcionamiento interrelacionado de innumerables sistemas exige dos cualidades básicas: un criterio abierto y la normalización; sin esas cualidades, un proyecto de ciudad inteligente es muy difícil de implementar. Entre las tecnologías que configuran una ciudad inteligente pueden mencionarse las redes de fibra óptica de alta velocidad, las redes de sensores, las redes de cable y las redes inalámbricas, las que resultan imprescindibles para soportar los sistemas de transporte inteligentes, las redes eléctricas inteligentes y las redes domésticas.

Lo que más distingue a una ciudad inteligente de una ciudad tradicional es el vínculo que establece con sus ciudadanos. Los servicios de las ciudades tradicionales habilitados por las TIC no pueden responder a las transformaciones económicas, culturales y sociales en la misma forma que logran hacerlo los servicios de una ciudad inteligente. Por ese motivo una ciudad inteligente es, ante todo, una ciudad con una dimensión más humana, que obedece a una infraestructura TIC y al desarrollo urbano permanente, teniendo en cuentasiempre la sostenibilidad ambiental y económica.

Las ciudades inteligentes pueden ser ciudades nuevas construidas con esa perspectiva desde el principio o ciudades establecidas con un propósito especial (por ejemplo, una ciudad industrial o un parque científico), sin embargo, lo más habitual es que ciudades ya existentes vayan adquiriendo su carácter “inteligente” paso a paso. Varias de las principales urbes del mundo han puesto en marcha proyectos para dotarse de algún tipo de inteligencia, entre ellas se pueden citar a: Seúl, Londres, New York, Estocolmo, Hong Kong, Sidney, Tokio, Shanghai, Singapur, Ámsterdam, Madrid, El Cairo y Dubai.Los proyectos de ciudad inteligente en curso siguen diferentes vías. Ámsterdam, por ejemplo, optó por lograr una mayor sostenibilidad ambiental mediante actividades más “inteligentes” que recurren a tecnologías de vanguardia para tratar de reducir las emisiones y utilizar la energía de manera más eficaz. Otras ciudades se plantean como objetivo instaurar una gran variedad de funciones “inteligentes”, con tecnologías “inteligentes” implícitas que ocupan un lugar importante en todos los aspectos de la vida de los ciudadanos.

Las ciudades determinan sus propias prioridades, pero todas las que se apellidan “inteligentes” poseen tres rasgos esenciales. En primer lugar, la seguridad de la infraestructura TIC de “próxima generación” es fundamental para el éxito de los nuevos servicios de ese tipo de urbe, ya que garantiza y se anticipa a las futuras demandas de los servicios. En segundo lugar, la ciudad debe contar con un marco legal convenientemente definido e integrado; los numerosos sistemas de una ciudad inteligente funcionarán en armonía únicamente si respetan el cumplimiento estricto de normas comunes. Por último, una “ciudad inteligente” necesita “usuarios inteligentes”. Las TIC son las herramientas que propician una “ciudad inteligente”, pero de nada sirven sin usuarios técnicamente avezados que estén en condiciones de interactuar con “servicios inteligentes”. Una ciudad inteligente no sólo debe dar mayor acceso a todos los miembros de la misma, a dispositivos inteligentes, sino también, ofrecerles acceso a la educación en el uso de los mismos para que puedan utilizar los servicios que se brindan por la urbe.

El punto de partida para la generación de una ciudad inteligente es la decisión política de sus autoridades y transformarla en acciones perdurables y continuas, es decir, en una política oficial. Desde el gobierno de la ciudad deben surgir los primeros servicios que impulsen la adhesión de la ciudadanía. Los ejes gubernamentales para la concreción de una ciudad digital pueden agruparse en diferentes aspectos, que como mínimo deben contemplar:

  • Gobierno electrónico: puede entenderse como un cambio en la manera que la administración pública realiza sus procesos internos y sus relaciones externas. El proceso tiene como fin volver más eficiente el funcionamiento del Estado, con mayor transparencia y participación de la ciudadanía en la gestión pública.La aparición de Internet 2.0 generó un cambio en el gobierno electrónico. Lo llevó a conceptos como gobierno abierto, donde se refuerza la transformación y apertura de las estructuras institucionales, la reutilización de los datos del Estado por parte de los asociados y en la construcción conjunta de las políticas públicas, a partir de la participación de los ciudadanos.
  • Información, contenidos y datos abiertos: La información pública es la esencia de las ciudades inteligentes. Por medio de ella se fomenta la transparencia en la gestión pública. Cobra mucha importancia el concepto de Datos Abiertos, que implica la apertura de los datos de gobierno para que puedan utilizarlos en la generación de nuevos servicios y aplicaciones.
  • Tecnología, conectividad y apropiación de TIC: la apropiación de TIC refiere a la utilización que la comunidad hace de las mismas, con sus capacidades y habilidades. Deben existir, también, facilidades para que los bienes y servicios tecnológicos (equipamiento) sean asequibles para la mayor parte de la población, al igual que los servicios de telecomunicaciones, principalmente acceso a Internet de calidad.
  • Capital humano: este punto abarca tanto a los responsables de políticas públicas en lo que refiere a la implementación de estrategias de ciudades inteligentes, como al anterior, de apropiación de las TIC por parte de la ciudadanía.
  • Comunicación pública: la difusión de los servicios de las ciudades inteligentes debe ser enfocada hacia los ciudadanos, explicando las posibilidades de los servicios electrónicos y las formas de acceder a ellos. En principio, esa comunicación debe realizarse por medios tradicionales de comunicación (periódicos, revistas, radio y televisión) a los que se les deben ir agregando canales electrónicos, una vez que la ciudadanía madure en la apropiación de TIC y los servicios de la ciudad digital cuenten con usuarios adaptados a ellos y que puedan informarse por vías digitales.

No existe un modelo estándar de implementación al momento de instrumentar políticas de ciudades digitales e inteligentes; cada ciudad debe adecuar un modelo de acuerdo con sus necesidades. Cuando una ciudad quiere ser inteligente debe buscar su centro, su leitmotiv, las ciudades son diferentes y cada una debe hacer foco en las necesidades de sus habitantes, es decir, se debe pensar y escuchar al ciudadano, con buena comunicación y educación sobre qué implica la inteligencia de una ciudad. La interacción con el ciudadano es clave. Las inversiones que se hacen en infraestructura inteligente deben tener un retorno y si no se usan se vuelve difícil la recuperación.Un caso de uso es la ciudad española de Málaga, en ella se desarrolló el proyecto 20/20/20, que buscó reducir un 20% el consumo de energía eléctrica por medio de educación a la ciudadanía con dispositivos que detallan el malgasto energético, un 20% de reducción de emisiones de dióxido de carbono (CO2) y el reemplazo de un 20% de energía convencional por otras renovables.

Muchos son los elementos que conforman un proyecto de ciudad digital, pero en general referirse a ésta es hablar de:

  • Un conocimiento profundo y minucioso de las necesidades de sus ciudadanos y de la operación diaria de la ciudad.
  • Una integración efectiva de los grupos participantes que promuevan el desarrollo de servicios.
  • Servicios que ofrezcan a los ciudadanos confiabilidad, utilidad y seguridad, y que beneficien a la mayor parte de la sociedad.
  • Programas continuos de capacitación y educación para el uso de las TIC y sus aplicaciones.
  • Un despliegue constante y efectivo de las TIC que promueva la disminución de la brecha digital.
  • La constante generación de proyectos tecnológicos innovadores, sustentables y rentables que coadyuven al desarrollo económico, social, cultural, político, entre otras cuestiones.

En Francia, un interesante estudio llevado a cabo por Markess International en el año 2012, sobre 130 colectividades locales, puso en evidencia los tres aspectos principales y característicos de las ciudades y territorios inteligentes:

  • Relación interactiva y móvil entre usuarios:ante todo, los espacios inteligentes se caracterizan por una buena comunicación e interacción horizontal entre usuarios, que a la vez son grandes consumidores de información en aspectos vinculados a la vida cotidiana y profesional (desplazamientos, consumos energéticos, servicios públicos, eventos sociales y profesionales y otros) y también productores de información por medio de las redes sociales, los weblogs, y los servicios móviles (expresión de opiniones y calificaciones, enriquecimiento de bases compartidas de conocimiento, corresponsabilidad en relación a servicios individuales y otros.
  • Supervisión optimizada del espacio: un centro o plataforma con capacidad de intercomunicar al conjunto de objetos y de actores que la componen, gracias a redes de telecomunicaciones (rápidas y con buen ancho de banda), y a la existencia de un conjunto diversificado de captadores de informacióny de nodos de servicio. El conjunto de esa infraestructura contribuye a una eficiente recolección y distribución de datos, que en particular son necesarios y útiles para la gobernanza del espacio inteligente, así como para el análisis preciso de situaciones que permiten adaptar y compatibilizar recursos con necesidades, y para el estudio/control de los presupuestos a fin de lograr eficiencias, etc.
  • Desarrollo y promoción de nuevas formas de cooperación: El carácter inteligente de la marcha de los distintos procedimientos, reside en la capacidad de conducir proyectos transversales que vayan más allá de la lógica, del modus operandi de las colectividades, y de las diferentes competencias por ellas manejadas. Ello favorece una buena dinámica de la concertación, permitiendo asociaciones y articulaciones diversas entre actores públicos o intergubernamentales (comunales, intercomunales, consejeros generales y regionales, agencias de desarrollo nacionales o internacionales…) con actores privados (industriales de los sectores de telecomunicaciones, energía, transporte, sociedades de servicios en el sector informático, empresarios de obra pública, consumidores y otros), de donde deberían emerger nuevas formas de cooperación y nuevas fuentes de eficiencia, como es la mutualización.

Si bien Cuba está desarrollando varias de las aristas que conforman el concepto de ciudad inteligente, no lo está haciendo con esa finalidad, los desarrollos se están realizando como islas independientes y no como parte de un ecosistema que debe tener interoperabilidad entre todas sus partes, para que merezca el adjetivo de inteligente.

En una película antológica del cine cubano, “Memorias del subdesarrollo” se plantea un concepto que mantiene total cigencia: “Subdesarrollo es pérdida de la memoria histórica y desconexión”. Ah, recuerden,si me ven en algún, me saludan.