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La Habana, Cuba. –  Cuando el yate Granma zarpó del espigón Santiago de la Peña y enrumbó hacia el río Tuxpan, México, en ese noviembre de 1956, muchos pensaron que se había concretado lo imposible.

Aquellos 82 hombres, con Fidel al frente, quizás no imaginaban que su jefe también calificaba lo hecho así.

Luego: el desembarco, la sorpresa de Alegría de Pío, la dispersión, el reencuentro, la lucha, la pérdida de valiosas vidas. La prensa oficialista de la época manipulaba, mentía y tergiversaba todo acerca de los jóvenes que habían prometido una Revolución.

Vino el triunfo años después, la construcción de la nueva sociedad y su defensa. La Revolución y su pueblo materializaron lo impensable. Y al frente, siempre Fidel, el Héroe de lo imposible.

Fidel concretó la utopía

La hermosa obra de la Revolución cubana con su líder Fidel al frente parece una hazaña irreal por la inmensidad de su significado ante las adversidades y constantes agresiones sufridas.

El Héroe de la Sierra Maestra y de todas las batallas victoriosas nos sigue acompañando a la distancia de SEIS años de su paso a la inmortalidad. Su palabra, sonrisa y ejecutoria nos indican el camino con la misma energía y el mismo optimismo de siempre. Los cubanos tenemos el gigantesco reto de continuar con Fidel ante los desafíos que nos imponen los enemigos.

No habrá nada imposible en nuestra realización y avance hacia un futuro luminoso, opacado hoy por múltiples razones externas.

Con Fidel batallamos, junto a él marchamos como dignos patriotas y revolucionarios conscientes.

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