La Habana, Cuba. – Nikolai Gogol, coetáneo de Alexander Pushkin, dijo de este: “Es el único escritor de espíritu ruso”, y agregó que en él se reflejaba la naturaleza, el alma, la lengua y el carácter ruso con tanta pureza y hermosura, como un paisaje en la superficie convexa de un lente.
El gran poeta y novelista fustigó la arbitrariedad y la autocracia con poesías y epigramas políticos que corrían de boca en boca; el Zar Alejandro expresó iracundo: “Pushkin ha inundado a Rusia de poesías indignantes, toda la juventud se las sabe de memoria”.
Poemas, obras de teatro, novelas y relatos, hay en su estilo narrativo una suma de drama, romance y sátira que influirá notablemente en la literatura rusa posterior.
Alexander Pushkin nació en Moscú el 6 de junio de 1799, y murió, por heridas de duelo, el 10 de febrero de 1837, en San Petersburgo.
El Moro de Pedro El Grande
La obra El Moro de Pedro El Grande, del novelista, dramaturgo y poeta ruso Alexander Pushkin, está dedicada a su bisabuelo etíope, por la rama materna, Abram Gannibal.
Este hombre, capturado en su infancia por esclavistas al servicio de los otomanos y trasladado a Rusia, terminó como jefe militar, ingeniero y noble, luego de que lo apadrinara Pedro Primero El Grande, quien le dio también su patronímico, Petróvich, que se refiere a hijo de Pedro.
En El Moro de Pedro El Grande, Alexander Pushkin escribió sobre las peripecias de Abram Gannibal, quien llegó a la corte de Moscú como regalo del Sultán turco y se convirtió en uno de los más brillantes generales del Zar.
Entre los textos del Padre de la literatura rusa moderna también destacan Oda a la Libertad, Ruslán y Liudmila, La Aldea, La hija del capitán, Noche de invierno y El Prisionero del Cáucaso.