La Habana, Cuba. – Lo dijo una vez un colega periodista: los cubanos tienen derecho al derecho. Más allá de un juego de palabras, esa frase representa la oportunidad de vivir una vida plena, con desafíos, sacrificios y exigencias, pero también con seguridad, con la certeza de un respaldo que no te deja a la suerte.

Los que nacieron en esta pequeña Isla disfrutan, en igualdad de condiciones, del derecho a la cultura, la salud, el deporte, el trabajo… Ostentan el privilegio de acceder a una recreación sana y arribar a una tercera edad placentera.

Viven en un país donde hay espacios para todos, sin importar edad, raza, religión o estatus social y económico. Y lo hacen con la convicción de transitar por un camino seguro y victorioso hacia el futuro, y seguir construyendo esta gran obra revolucionaria.

Así, llega Cuba este 10 de diciembre al Día Internacional de los Derechos Humanos.

Con voz propia

Son las mujeres en Cuba ejemplo de integración en la vida económica, política y social del país. Ellas tienen voz, constituyen el centro del hogar, y en el trabajo, marchan a la vanguardia.

Mientras en el mundo 1 de cada 3 féminas experimenta violencia física y sexual, millones no disfrutan de igualdad de derechos en materia de herencia y propiedad, y más de 300 mil mueren cada año por complicaciones evitables durante el parto, en nuestra Isla el panorama muestra un rostro distinto.

Las cubanas representan un alto por ciento de las personas ocupadas en el sector estatal civil, así como en altos cargos de dirección, graduados de la educación superior, y en el Parlamento, también su presencia crece. Ellas resguardan además otro tesoro, pues la tasa de mortalidad materna directa en Cuba es una de las más bajas del mundo.

Siempre de fiesta nuestros príncipes enanos

Mención especial merecen los niños este 10 de diciembre, Día Internacional de los Derechos Humanos, pues como escribiera nuestro Apóstol José Martí, ellos son la esperanza del mundo.

En Cuba, se les cuida desde que están en el vientre de la madre, mediante el Programa de Atención Materno-Infantil.

Cuando nacen no terminan las atenciones, y luego juegan, van a la escuela a aprender, se ríen y crecen viviendo en libertad, con amor y sin miedos a las bombas. Y si se enferman, sin pagar un centavo, hay más de un médico siempre dispuesto para ellos, nuestros príncipes enanos.

Sea entonces este 10 de diciembre en Cuba otra fecha para celebrar, por vivir en un país donde todos los ciudadanos disfrutan de sus derechos.

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