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La Habana, Cuba. – El debate sobre el Código de las Familias ha generado posiciones encontradas en la determinación de quién asume el derecho, la autoridad y la educación de los niños y las niñas.

Para esclarecer ese y otros temas de interés, la experta en psicología de la familia, doctora Patricia Arés, señaló a Radio Reloj que frases como En mis hijos mando yo o Una nalgada no mata a nadie, dan cuenta del abierto desafío a una Ley que propugna derechos, deberes, afectos y respeto a los menores.

Todo ello produce choques culturales con las concepciones que se tienen, pero la norma avanza en el principio de que las niñas y los niños no son posesión de sus padres y sus madres, sino que, sobre todo, son sujetos de derecho, lo cual se constituye en condición de los deberes y derechos parentales, subrayó.

Otro desafío a lo contra cultural suponen las parejas de iguales o parejas homo-afectivas.

La homosexualidad no es una enfermedad

En relación con las parejas homo-afectivas o parejas de iguales, la doctora Patricia Arés advirtió el desafío a concepciones arraigadas sobre la naturaleza de la experiencia homosexual.

Habría que desterrar todas esas ideas de lo anormal, de lo anti natural, de lo amoral, porque son ideas entronizadas en la cultura; desde la psicología, esas personas no tienen ningún trastorno mental ni enfermedad, precisó.

Añadió que la orientación o preferencia sexual de una persona no condiciona su compromiso, su estatus o su forma moral de comportamiento como ser humano; es decir, la preferencia sexual no tiene nada que ver con la moral de una persona.

Existen personas heterosexuales con una moral precaria y otras de preferencia homo-afectiva con altísimos valores morales en relación con su estatus social y su respeto a las demás personas, concluyó la psicóloga.