La Habana, Cuba. – Dos horas después de muerta Edith Piaf, el ruiseñor de Francia, falleció de un infarto Jean Cocteau, poeta, dramaturgo, escritor, crítico, ensayista, pintor, director de cine y diseñador; fue en Milly-La-Foret, el 11 de octubre de 1963.

Dos horas antes de partir, en el hospital dijo sobre su amiga: Este es el barco que completa el flujo; este es mi último día sobre esta tierra; no he conocido nunca a un ser más eficiente en su alma; no la desgastaba, más bien la entregaba, lanzaba el oro a través de las ventanas”.

Impactante, El parisino liberado anunció: “La muerte de Edith PiaF asesinó a Jean Cocteau”; “El príncipe frívolo” se acercó a la corriente surrealista sin pertenecer a ella y entre sus obras están los poemas Canto llano, la novela Los hijos terribles, la obra teatral La máquina infernal, el ballet Parade y la película La bella y la bestia.

El bello indiferente

Un intenso monólogo acerca de la infidelidad, los celos y el desamor resume el contenido de El bello indiferente, obra que el intelectual francés Jean Cocteau escribió para Edith Piaf, su amiga entrañable desde 1940, cuando la conoció.

La obra fue montada, además, con Paul Meurisse y constituyó un gran éxito de la entonces joven Piaf al principio de su carrera, pues le posibilitó demostrar su enorme talento.

El versátil intelectual francés concibió la pieza especialmente por y para la cantante, y en el texto reflejó los tristezas de ella por relaciones amorosas, en las cuales muchas veces se sintió vacía, engañada y sola.

Jean Cocteau se consideró a sí mismo y ante todo, poeta, y premió a su obra con la definición de poesía; fue elegido miembro de la Academia Francesa y Miembro Honorario del Instituto Nacional de Artes y de Letras de Nueva York.