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La Habana, Cuba. – El 23 de febrero de 1455 marcó la inflexión en el paso de la Edad Media a la modernidad, cuando Johannes Gutenberg concluyó la primera Biblia en una imprenta.

Cuatro prensas, seis tipógrafos y 12 prenseros dieron vida en la ciudad alemana de Maguncia a la Biblia de Gutenberg, conocida como la Biblia de 42 líneas por ser las impresas por página, a dos columnas y letra gótica; el texto responde a una Vulgata, traducción al latín utilizada por la Iglesia Católica.

Fueron 180 ejemplares de 1282 páginas, casi todos encuadernados en varios volúmenes; tras la impresión, se rubricaron e iluminaron a mano por especialistas, otorgándoles carácter de únicos.

De la Biblia de Gutenberg, icónica al iniciar la Edad de la Imprenta, se guardan 48 ejemplares, de ellos, 21 completos.

La Biblia impresa

Al primer libro impreso a gran escala y por el sistema de tipos móviles, la Biblia de Gutenberg, también se le llama Biblia de Mazarino, y su formato es una imitación del manuscrito de la Biblia Gigante de Maguncia, con 1300 páginas escritas a mano.

La de Johannes Gutenberg es obra maestra de la impresión fina artesanal por su tipografía gótica, editada con finura, y aunque su hacedor no ganó dinero, todas las copias fueron vendidas, incluso, antes de sellar la impresión.

Tres reproducciones se recogen en perfecto estado y se hallan en las bibliotecas del Congreso de Estados Unidos, en la Nacional de París y en la Británica, de Londres.

Un dato: salido del taller del Padre de la Imprenta, en la Biblioteca Nacional José Martí se conservan dos hojas del Catholicon, de Johannes Balbus, impreso más antiguo de la institución y data de 1460.