La Habana, Cuba. – Enfermo desde hacía años, el 7 de agosto de 1938 falleció en Moscú el director teatral ruso Konstantin Stanislavski, quien legó a los actores un sistema de formación que llega hasta nuestros días.
En una ocasión escribió: Mi tarea consiste en explicar, en la medida de mis fuerzas, a la generación actual, que el actor es un transmisor de belleza y de verdad.
Dejó tres libros: Mi vida en el arte, muestra de la vida teatral moscovita; El trabajo del actor sobre sí mismo, recopilación de cuando hizo énfasis en la psico-técnica; y El trabajo del actor sobre el personaje, que va desde la caracterización física, hasta el vestuario y el control.
Cuando el escritor irlandés Bernard Shaw conoció a Konstantin Stanislavski, miembro de la Academia de Ciencias de San Petersburgo y Artista del Pueblo, afirmó: He aquí al hombre más hermoso de la Tierra.
Teatro de Arte de Moscú
En 1898, Konstantin Stanislavski y Vladímir Nemiróvich-Dánchenko, director escénico a cargo de la escuela teatral en la Sociedad Filarmónica de Moscú, fundaron el Teatro de Arte de Moscú.
Al elenco, dijo: No olviden que aspiramos a alumbrar la oscura vida de las clases pobres, a darles minutos de felicidad estética en medio de las tinieblas que las rodean; y por ese primer teatro razonable y accesible para todos, exigió consagrar la vida.
Como pedagogo, creó el sistema que lleva su apellido, método que enseña al actor a buscar solo la verdad en la escena, desestimando el formalismo estético y privilegia habitar el papel que se representa.
Para Konstantin Stanislavski, el arte debía responder a todas las demandas del pensamiento, el corazón, el espíritu del hombre, abrir los ojos a los ideales creados por el mismo pueblo.