La Habana, Cuba. – La reciente reunión de cancilleres de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, CELAC, realizada este enero en Argentina, evidenció que pese a todos los avatares que enfrenta la región en materia política, social y económica, esa entidad sigue activa y con capacidad para unir a nuestros pueblos.

En la cita, donde no faltaron encontronazos con representantes de gobiernos entreguistas y anti populares, fueron ratificados los principios de convergencia regional sin vínculos de dependencia con los grandes intereses imperiales hemisféricos, responsables de no pocas de las desgracias que han vivido y viven las naciones del Sur.

La colaboración mutuamente ventajosa, el desarrollo simétrico y la autodeterminación, fueron banderas reiteradas por los presentes en Buenos Aires en días de urgencias y de necesidad de forjar lazos más estrechos.

Actitudes vergonzantes

Como se sabe, la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) agrupa a las naciones del Sur hemisférico con la ausencia de los Estados Unidos y Canadá, y el retiro unilateral del Brasil del derechista Jair Bolsonaro.

No obstante, todavía existen voces dentro del grupo como las del gobierno colombiano, presidido por Iván Duque, que hacen coro a las políticas de dominación Made in USA.

Y fue precisamente la delegación colombiana la encargada de intentar frenar el creciente rechazo a la Organización de Estados Americanos, OEA, y a su máxima figura, el servil agente gringo Luís Almagro.

Para la Bogotá oficial, la OEA es indispensable en la política regional, un juicio acorde con unas autoridades nacionales injerencistas, represivas y obsecuentes a los dictados de Washington. Una penosa actuación sin penas ni gloria entre los presentes.

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