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Dos símbolos de Perú: Machu Pichu y la llama, mamífero doméstico de la familia de los camélidos.

La sociedad peruana contemporánea se erige sobre una cultura milenaria. Extendido como una larga serpiente por buena parte de América Latina, el imperio Inca dejó un singular aporte al Perú de hoy.

Los incas erigieron una ciudad como Machu Pichu, cuyo uso aún se discute por los científicos, pero que superaba la magnificencia de algunas de las más importantes urbes españolas de la época.

Quinoa negra, roja y blanca

Otros aportes incaicos, que los peruanos actuales reivindican como propios, son la papa, originaria del altiplano andino, y la quinoa, un cereal que nació cerca del Lago Titicaca en la frontera con Bolivia.

 

Junto al mono y la araña el colibrí es uno de los petroglifos de Nazca más reconocibles.

Una huella milenaria y misteriosa prevalece en el extenso Desierto de Nazca, donde los expertos todavía no aclaran la utilidad de los gigantescos dibujos que solo se pueden apreciar desde el aire.

Esta semana, dos investigadores peruanos anunciaron el hallazgo de nuevos petroglifos y líneas con más de 2000 años.

Una sociedad purulenta

Iglesia de San Agustín, uno de los vestigios de la arquitectura colonial española limeña

El pasado de Perú, una nación nacida sobre los restos del colonialismo español, es evidente no solo en los textos de historia, sino en los rostros de una población que hoy vive orgullosa de la herencia incaica.

Pero nadie vive de lo que pasó y el farrago cotidiano deja poco espacio para recordar a un pueblo desaparecido. Ahora hay que pensar en ganar las pequeñas batallas de la vida diaria.

 

La corrupción, que en la sociedad peruana se asocia a la política y que es el tema principal de la VIII Cumbre de Las Américas, es tan habitual como el aire que respiran los peruanos.

Por eso tanta indiferencia hacia esa Cumbre y sobre todo hacia los políticos que son considerados como unos traidores.

Todo reafirma la frase escrita hace casi un siglo por el ensayista peruano Manuel Gonzalez Prada, quien afirmó que en Perú, donde uno pone el dedo, salta el pus.