La Habana, Cuba. – El asilo es una tradición milenaria, que en un inicio se aplicó a las personas que por diversas causas huían de su territorio de origen.

En la antigua Grecia, existía el asilo territorial, que una ciudad brindaba a un extranjero, y el asilo religioso, que tenía lugar en templos y zonas sagradas. Más tarde, en plena Edad Media y con un matiz más religioso, se practicó en iglesias, monasterios y centros de culto.

Tras la Revolución Francesa, se convirtió en un derecho, reconocido especialmente en situaciones de migraciones forzosas y crisis humanitarias, se amplió el carácter político inicial y se aplicó a cualquier persona que sufriera persecución.

El nacimiento de la ONU, en tiempos más modernos, significó también la firma en el 1961 de la Convención de Viena que establece la inviolabilidad de las embajadas.

Vvieja tradición

México tiene una larguísima tradición de asilo que ha protegido a personas de todo signo político.

Sandino, Trotsky, o el gobierno republicano español gozaron de la generosidad del estado mexicano en momentos de peligro. También se beneficiaron la viuda de Allende, Hortensia Bussi, y Evo Morales.

Es norma constituida que los locales de una legación diplomática son inviolables y los agentes del Estado receptor no pueden penetrar en ellos sin consentimiento del jefe de la misión. Por eso, el asalto a la embajada mexicana en Ecuador ha sido condenado por medio mundo, pues supuso una seria violación del Derecho Internacional.

La Convención de Viena no establece sanciones, pero la condena llegó porque lo sucedido en la capital ecuatoriana ha sido un atropello a la soberanía de México.