La Habana, Cuba. – Los cubanos nos rascamos los bolsillos a diario en busca de los billetes necesarios para la supervivencia cotidiana.

La inflación, ese fenómeno que creíamos lejano, ha irrumpido este año en nuestras vidas, no se sabe bien si como caballero o como escudero de una pandemia mortal. Lo cierto es que los precios se han disparados, no solo como efecto de la Tarea Ordenamiento, como piensan muchos, sino también como consecuencia de la dolarización parcial de la economía, una medida de extrema supervivencia que ha convertido a la disparada tasa informal del MLC en una referencia general.

No obstante, en la última sesión de la Asamblea Nacional quedó claro que la inflación minorista ha sido la desviación fundamental de la Tarea Ordenamiento, cuya aplicación, contradictoriamente, resultó muy exitosa al lograr contener la inflación en el sector empresarial.

Prioridad gubernamental

Ahora, el control de la inflación es una de las prioridades gubernamentales de cara al nuevo año, cuando se espera que la economía vuelva poco a poco al carril.

La reanimación económica es imprescindible porque es la vía para generar mayores ofertas, paliar el desabastecimiento y al mismo tiempo estimular el consumo. Es el único camino para recuperar el poder adquisitivo individual que se planificó con la Tarea Ordenamiento y que se ha visto afectado en especial por los elevados precios en los rubros de alimentación, transporte y materiales de construcción.

El gobierno está consciente de la necesidad de poner bridas al potro inflacionario, por eso esperemos que de la próxima sesión de la Asamblea Nacional salgan decisiones que permitan controlar la inflación y hagan bajar los precios nuestros que están en los cielos.