Holguín, Cuba. – Más de 100 puntos de venta no estatales para productos cárnicos cerraban a sus clientes la última semana en Holguín, por inconformidad de sus propietarios con el tope oficial de precios en el territorio.

El hecho trascendía al chequear la comercialización agropecuaria, con participación de varios responsables del abastecimiento y regulación del sector, que instaron a mantener topados los precios y trabajar con los productores para favorecer al cliente final.

Quejas in situ o enviadas al Portal del Ciudadano instan a la negociación entre productores, distribuidores y detallistas, que proteja la capacidad de compra de cualquier consumidor, como deber de las autoridades locales.

A la vez, respuestas de organismos fiscalizadores aseguran que en Holguín se analiza sistemáticamente la evolución de los precios y junto a nuestro pueblo vamos a salir victoriosos en el enfrentamiento a la especulación. 

Precios injustos

Un control al aumento injustificado de precios que oculta ineficiencias de gestión, es un llamado del proceso de ordenamiento desde su arrancada, sin embargo, persiste la tendencia al alza tanto en el sector privado como el estatal.

Más que el pan de la canasta familiar normada, otros productos de la harina han sufrido en Holguín cambios de precio inexplicables, sin mejora de imagen o calidad del servicio, cuestionados por la población pero aún sin solución convincente.

No obstante, otros productos y servicios en cierta gastronomía de más calidad también experimentan despegues insólitos, sin que paradójicamente nadie exprese queja por ellos y, propina mediante, acepten la cuenta tácitamente.

Si bien es cierto que, tras cubrir costos, un buen precio es lo que un comprador esté dispuesto a pagar, aflora cierto marketing de probeta que horada los bolsillos más pequeños y estamos obligados a reparar.