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La Habana, Cuba. – No son solo preocupación individual los altos precios que hoy nos rompen los bolsillos. El gobierno busca fórmulas para contener una avalancha en muchos casos injustificada, como quedó en evidencia hace unos días en un análisis de los principales indicadores económicos del sector estatal.

Casi medio millar de empresas estatales reportaron en los dos primeros meses del año utilidades por encima del 50 por ciento, una cifra tan preocupante como la cantidad de entidades con pérdidas.

En el complicado escenario económico nacional, amenazado por el fantasma inflacionario, es necesario poner bajo la lupa a esas entidades superganadoras para comprobar las reales causas de esa ganancia.

Y no se trata de limitar las utilidades que benefician a los trabajadores, sino de ponerle racionalidad al asunto.

Eficiencia y planificación

Es necesario saber con exactitud si realmente son eficientes las empresas superganadoras que reportaron en los dos  primeros meses del año utilidades por encima del 150 por ciento.

Pudiera ser que tengan planes productivos discretos, muy por debajo de las reales potencialidades de esas entidades. O incluso habría que cuestionarse los precios, pues resulta inconcebible que no  hayan cumplido los planes de venta algunas con esas grandes ganancias. Sin satanizar a todas, es imprescindible desmenuzar los resultados productivos de esas entidades, porque pesan sobre los precios que tienen que asumir los consumidores finales.

Las autoridades están tomando cartas en el asunto porque es sabido que la economía nacional necesita transformarse para bien y eso es un asunto de supervivencia del proyecto cubano.