La Habana, Cuba. – Con el inicio de este 2023 América Latina asume un cambio importante en una de las naciones claves del Hemisferio.

Se trata de la asunción a la presidencia de Brasil del líder popular Luiz Inácio Lula da Silva, que regresa a la primera magistratura luego de haber enfrentado una brutal campaña mediática de descrédito e incluso estar encarcelado injustamente bajo falsas acusaciones derechistas de corrupción.

Se trató de un verdadero y fallido asesinato político que quiso sepultar a una de las figuras públicas más relevantes del Hemisferio, y que sin embargo retorna a la lucha con mayores bríos y experiencia.

Una vuelta que pone de nuevo a Brasil del lado de las fuerzas que en América Latina y el Caribe están apostando por un futuro regional independiente, próspero y pluralista.

Otras caras

La realidad es que en esta parte del Hemisferio Occidental, viejos ritos y dependencias que aún intentan prevalecer no se les están viendo fáciles.

América Latina y el Caribe no son ajenos para nada a la corriente global que apunta al multilateralismo, la integración equitativa de las naciones, la cordura, el respeto mutuo en los vínculos internacionales, y el fin de pretendidos superpoderes omnímodos y soberbios.

Es aún, sin dudas, una batalla inconclusa. Pero también resulta evidente que en medio de marchas y contramarchas marca una tendencia irreversible y que ha llegado para quedarse.

Justo de ahí los escenarios de confrontación de nuestros días, los cambios políticos que se suceden en esa difícil marcha, y los desórdenes y reordenamientos que se observan en nuestro tiempo en esta región.