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La Habana, Cuba. – Pareciera que el presidente ecuatoriano, Daniel Noboa, está haciendo campaña pero en contra de su reelección.

A un mes del balotaje que escogerá  entre él y la candidata de Revolución Ciudadana, Luisa González, dos decisiones del mandatario están poniendo de relieve la esencia neoliberal y entreguista de un eventual nuevo periodo presidencial bajo su mando.

Hace unos días, su decisión de vender a un consorcio privado el más productivo campo de extracción de petróleo del país le ganó fuertes críticas, y algunas protestas. La falta del pago inicial que debía aportar la firma privada, es posible que inhabilite la concesión que ya le había sido otorgada.

Pero ahora Noboa anuncia una medida más peligrosa: la contratación de mercenarios extranjeros para enfrentar a los grupos delincuenciales en su país.

Malas decisiones

Noboa lo denomina «apoyo internacional» pero, la anunciada presencia en Ecuador de efectivos de la firma Blackwater, no responderá a un convenio, y menos al respaldo solidario de otro gobierno.

Será el alquiler de mercenarios de élite que, como han señalado ya algunos ciudadanos, pagará el erario público. Lo peor es que acudir a semejante ejército constituye una evidencia de la imposibilidad de Daniel Noboa de darle seguridad al país.

La violencia no puede combatirse solo con represión. Hay que atajar las causas. Por demás, Blackwater es un emporio que «trabajó» tras bambalinas hasta la invasión de Estados Unidos a Irak, cuando se develó su existencia.

Expertos aseguran que creció al amparo de distintos gobiernos estadounidenses para sus tareas «sucias» de intervención. Llevarlos a Ecuador, es hundirse en su mismo lodo.