La Habana, Cuba. – Si bien el candidato progresista a la presidencia colombiana, Gustavo Petro, a la cabeza del Pacto Histórico, lideró la primera vuelta eleccionaria realizada a fines de este mayo, para no pocos analistas todavía es temprano para batir palmas.

Petro logró poco más de 40 por ciento de los sufragios, mientras que dos candidatos derechistas le siguieron en la cuenta con sendas cifras cercanas al 24 y el 28 por ciento de la boletas emitidas.

De hecho, la sorpresa de la lid no ha sido que el Pacto Histórico se ubicase primero en la preferencia, sino que el aspirante oficialista Federico Gutiérrez fuese desalojado por el ex alcalde de Bucaramanga, Rodolfo Hernández, un personaje que, según medios de prensa, llega a glorificar a Adolfo Hitler.

Peligrosos augurios

Una nota alarmante es la reacción de los sectores más recalcitrantes de Colombia, incluido el propio candidato perdedor Federico Gutiérrez, quien llamó de inmediato a todo el espectro derechista local a volcarse a favor de desplazar a Petro y darle la victoria a Rodolfo Hernández.

Un personaje -para agregar datos públicos- que gusta que le llamen “El Ingeniero”, y que, al decir textual de medios informativos, “se ha caracterizado», además, por su incapacidad para contener arranques de violencia verbal y física, por sus comentarios inequívocamente misóginos y por su admiración por el nazismo.

Pero, sin dudas, para la oligarquía y el paramilitarismo colombiano todo es preferible y aceptable antes que un izquierdista instalado en la Casa de Nariño. Un real desafío para el país.