La Habana, Cuba. – Para que haya unidad y continuidad es importantísimo el papel de los jóvenes en la construcción socialista, aseguraba hace unos días el presidente Miguel Díaz-Canel ante los comunistas habaneros.

La afirmación del también Primer Secretario del Partido puso la mira sobre un asunto de trascendental relevancia para la supervivencia del proyecto nacional. En definitiva todo lo que se hace hoy en medio de las más adversas circunstancias es una apuesta por el futuro y por tanto por la prosperidad de las nuevas generaciones.

Pero para lograr esa imprescindible suma hay que abrir espacios de participación que hagan sentir a los jóvenes no  solo partícipes, sino hacedores de la obra revolucionaria. no basta con tenerlos al lado. Hace falta también ofrecerles la ocasión de dar lo que tienen en función de la nueva sociedad.

La fuerza de los jóvenes

El duro golpe que nos dio la pandemia fue al mismo tiempo ocasión para demostrar la fuerza de la juventud.

La investigación y desarrollo de nuestras vacunas, el trabajo en las Zonas Rojas y el apoyo a los barrios vulnerables son evidencias de lo que pueden y están dispuestos a hacer los jóvenes, esos que han salido a las calles a defender el proyecto nacional. Y lo han hecho bajo el fuego de un bloqueo recrudecido y de una intoxicación mediática nunca vista.

Pero respondieron con el empuje y la valentía de la edad, los mismos que movieron a la Generación del Centenario o a los que dejaron la sangre en las arenas de Playa Girón o a quienes se fueron a defender la vida de otros lejanos hermanos.

Están demostrando que no hay Revolución sin los jóvenes, porque con ellos se hace y de ellos es esta Revolución de Fidel.