La Habana, Cuba. – Compartir espacios con Atilio Borón no solo deleita por la elocuencia con que sostiene los argumentos. Sus disertaciones llegan a exponer la verdad de un mundo que reconoce como de mayor valor la manipulación de la realidad, que convierten las emociones en el resorte ideal para el manejo de la voluntad de las grandes masas.

Al imperialismo norteamericano —según sus interpretaciones actuales—, le resulta más económico alcanzar nuestras mentes y ocuparlas, antes de tornarse violento y agresivo.

En la multipolaridad, característica de la transición hegemónica algunos politólogos piensan que China ejercerá una hegemonía de reemplazo en breve, sin embargo tiene una limitación abismal para consolidarse como primera potencia.

Para ser imperio, la lengua debe acompañar el intelecto, y hoy en día el sistema cultural preponderante se trasmite en inglés a nivel global.

El poder por la fuerza

Marchamos hacia un sistema post hegemónico del que Estados Unidos está siendo desplazado. A Europa descapitalizada se les van los inversores y queda como un protectorado. La deuda de Japón es dos veces su Producto Interno Bruto y el acreedor los tiene en las manos; por tanto América Latina es el objetivo.

Al decir de Atilio Borón, Doctorado en Ciencias Políticas por la Universidad de Harvard, “nos han diseñado el poder blando mediante los medios de comunicación y las redes sociales”.

Estados Unidos está por el control del vecindario, reactualizando la doctrina Monroe y para ello practica un cambio de lenguaje: “en este vecindario hemos convivido armónicamente”, dicen olvidando invasiones y asesinatos. “No queremos que vengan extraños a apoderarse de los recursos de nuestro vecindario”, repiten.

La expansión de las bases militares en la región expresan sus verdaderas intenciones.