Varios oyentes se han comunicado con Radio Reloj y han expresado su queja por las indisciplinas sufridas en las salas de teatro.Unos, que han sufrido mientras disfrutan obras danzarias, y otros, en piezas teatrales.

Se quejan de los vendedores que entran a las salas y molestan, y de los que comen maripositas de maíz o chicharritas, que no solo hacen bulla con los envases, sino que mastican a un tono amplificado.

Isabel Carralero, del reparto La Víbora, narró un incidente en el que tanto la acomodadora que cuida la sala como el administrador, alegaron que ellos no tenían nada que ofrecerles a los usuarios y permitían las ventas, y lo otro era un asunto de educación formal y disciplina.

Con esos criterios saque usted sus propias conclusiones.

El derecho a los asientos no es eterno

Otro asunto que molesta en las salas de teatro es lo relacionado con el derecho a la luneta previamente reservada. Si cuando comienza la función, no se ha ocupado, se pierde el derecho.

Ismael Ruiz, de Marianao, contó a este redactor un incidente catastrófico por un asiento que se vino a reclamar hora y media después de comenzada la función. Es elemental que quien asista a una sala, si llega tarde ocasiona una molestia inmensa, porque buscar su luneta, pasar a ocuparla y sentarse, distrae a todos.

La disciplina, como dice un asiduo oyente, comienza en la casa, con los padres y la sociedad contribuye también.

En las salas de teatro no pueden admitirse estos ejemplos negativos expuestos por el redactor. Los encargados de exigir tienen que hacer cumplir lo establecido para la felicidad de todos.