La Habana, Cuba. – Las advertencias hechas por el director ejecutivo de la firma petrolera Chevron, Mike Wirth, acerca del negativo impacto que tendrá la salida de su empresa de Venezuela, ilustran por qué el expresidente Joe Biden hizo excepciones en el bloqueo al crudo venezolano, y abrió fisuras a sus propias medidas punitivas para permitir que Chevron continuara operando en esa nación.
En entrevista concedida a la cadena Fox Nwes, Wirth afirmó que las refinerías de la costa estadounidense dependen del petróleo de Venezuela porque están diseñadas para procesar ese tipo específico de crudo, y graficó sus previsiones: Si nos fuéramos, la producción de petróleo continuaría y empresas chinas y rusas ocuparían ese espacio.
Sus declaraciones tienen lugar cuando restan pocos días al plazo que dio el presidente estadounidense Donald Trump, para que la corporación se retire de Venezuela.
Malas decisiones
Pero no es solo geoestrategia. Aunque Estados Unidos produce petróleo, el crudo pesado venezolano resulta imprescindible para su industria energética.
Bajo las autorizaciones que Joe Biden dio a Chevron para operar con él en medio de las sanciones, Washington importó en los primeros meses del año pasado una media de 221 mil barriles diarios de ese combustible, según datos oficiales.
Esa cifra ubicó a la nación bolivariana como el cuarto proveedor de crudo de Estados Unidos detrás de Arabia Saudita, Canadá y México.
Se afirma que otras compañías del Norte usaron las importaciones de Chevron para abastecerse de manera indirecta. Estos antecedentes explican la renuencia de Chevron a irse de Venezuela, mientras Caracas insiste en que está lista para seguir cumpliendo sus compromisos con ella. Veremos si Trump corrige su decisión.