Compartir

La Habana, Cuba. – Está en marcha otra campaña nacional de vacunación contra la poliomielitis. Es la número 62, la que confirma que todos los cubanos de 60 o menos están inmunizados contra una enfermedad que antes se llevaba en Cuba un centenar de vidas cada año y dejaba unos 300 inválidos.

Pero es también la confirmación de una voluntad política que contra viento y marea sostiene a un sistema sanitario universal y gratuito.

Esos fármacos, que se aplican a más de 300 mil niños, tienen un valor monetario, un precio que sin embargo queda superado por el costo humano de perder o dañar una sola vida.

Y es muy valiosa esta vacunación masiva ahora que la Organización Mundial de la Salud alerta sobre un posible rebrote de la poliomielitis porque ha descendido la cobertura de inmunización infantil en el planeta.

Territorio sin polio

Cuba sufrió en el siglo pasado cinco grandes epidemias de poliomielitis, la última en 1955. Al triunfo de la Revolución, la enfermedad era endémica y dejaba una dolorosa secuela en muchas familias cubanas.

Había entonces que combatir ese flagelo, algo que Fidel comprendió muy rápido, y nació la Campaña anual de vacunación antipolio, la que ahora inició su edición62.

Cuba fue el primer país latinoamericano que logró erradicar esa enfermedad, un éxito sanitario certificado hace 28 años por la Organización Mundial de la Salud.

Pero el logro ha sido que los cubanos entendamos, y asumamos casi como algo natural, el masivo proceso de vacunación que inmuniza a nuestros niños con unas gotas en apariencia simples, que sin embargo garantizan la vida.