La Habana, Cuba.- “Al ver los cohetes que tiraron en casa de Mario, me he jurado que los americanos van a pagar bien caro lo que están haciendo. Cuando esta guerra se acabe, empezará para mí una guerra mucho más larga y grande: la guerra que voy a echar contra ellos. Me doy cuenta que ese va a ser mi destino verdadero, escribía Fidel a Celia poco más de seis meses antes de la alborada de enero.

Esa declaración de principios marcó la vida posterior de quien llegó a ser uno de los políticos más importantes del Siglo XX Sin embargo, Fidel tuvo suficiente inteligencia para deslindar entre la permanente hostilidad oficial y la parte del pueblo norteamericano que siempre ha manifestado simpatías hacia Cuba.

Lo que nunca dejó de enfrentar fue la injusticia, como nunca dejó de defender a los desposeídos, y eso, inevitablemente, convirtió a Fidel en antiimperialista.