La Habana, Cuba. – Fue Ricardo Alarcón, entonces ministro de Relaciones Exteriores, quien advirtió a Estados Unidos que la denuncia cubana del bloqueo les perseguiría como una maldición gitana.

Con paciencia y constancia asiática, desde hace un cuarto de siglo, Cuba ha mantenido esa acusación no solo en la Asamblea General de Naciones Unidas, sino en cuanto foro internacional ha intervenido.

La estrategia cubana ha sido la de la gota que golpea el muro de manera firme y constante hasta que un día la tapia se venga abajo. Por eso, hoy se discutirá nuevamente en la ONU el proyecto de resolución Necesidad de levantar el bloqueo económico, comercial y financiero de Estados Unidos a Cuba.

La propuesta está sustentada por el Informe de Cuba sobre la Resolución 75 de la Asamblea General de Naciones Unidas, un texto que recoge las afectaciones a la economía nacional.

Otra victoria segura

Casi nadie duda de que hoy Naciones Unidas volverá a votar contra el bloqueo que Estados Unidos nos aplica con saña.

En 1991, por primera vez se presentó un proyecto de resolución que condenaba ese cerco, pero entonces la diplomacia cubana decidió retirarlo al tener en cuenta las tremendas presiones que Washington ejerció sobre muchos países que pretendían apoyarnos.

Sin embargo, a partir del año siguiente comenzó una seguidilla de victorias cubanas en las que el voto favorable creció de manera exponencial hasta alcanzar niveles ya casi insuperables.

Otra vez la incógnita es qué actitud tomará la delegación estadounidense ante la votación, aunque para Cuba eso sea irrelevante, pues lo más importante es que el bloqueo quedará nuevamente al desnudo, delante de todo el mundo.

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