La Habana, Cuba. – Cada vez que se han disparado las cifras de contagios en el país, ha sido resultado del relajamiento de las medidas sanitarias decretadas por el gobierno ante la llegada del nuevo coronavirus.

La gente, especialmente en La Habana, se comporta con desidia cuando el doctor Francisco Durán ha reportado una disminución de los enfermos y de esa actitud equivocada han renacido los problemas.

Lo peor es que los irresponsables comprometen la vida de muchos, porque, ya se sabe, el infectado es un foco de transmisión que puede complicar a cientos, como ya sucedió en el caso de La Época.

Lo visto es consecuencia de una alteración del concepto de aislamiento social a partir de una baja percepción de riesgo que forzosamente hay que acrecentar, porque la Covid-19 llegó para quedarse.

Actuar con responsabilidad

Las autoridades han sido claras al anunciar que en el futuro inmediato habrá que mantener algunas medidas adoptadas hoy por la aparición del nuevo coronavirus.

Aunque a menor escala y en lugares específicos, muchas cosas tendrán que permanecer tal y como se han hecho ahora. Habrá entonces que convivir con el distanciamiento físico, la desinfección, el pesquisaje constante y hasta el tratamiento a enfermos, sospechosos y contactos. Pero para llegar a eso, cuando en el futuro la pandemia sea una endemia, hay que tener conciencia de la necesidad de actuar con responsabilidad en estos momentos.

El nuevo coronavirus aún corretea entre nosotros, y lo más peligroso es que seguirá andando por ahí silenciosa y letalmente, algo que hay que tener bien claro, porque en la confianza está el contagio.