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La Habana, Cuba. – En la golpeada economía nacional los precios se han ido al cielo y la oferta de bienes y servicios es magra. Ahora hay mucho circulante y poca oferta, lo que hace crecer la demanda y por ende los precios.

A corto plazo no se avizora una solución a ese problema, fruto del golpe combinado de la pandemia y del recrudecimiento del bloqueo, a lo que habría que sumar la inflación generada tras la Tarea Ordenamiento sobre todo en los precios minoristas.

Por eso, la libra de carne de cerdo, que muchos consideran una especie de índice bursátil cubano, ronda y hasta supera los 170 pesos.

Y es que los costos previstos en el ordenamiento para la canasta de bienes y servicios de referencia casi duplican lo diseñado, mientras la capacidad de compra que dio la reforma salarial se ha visto muy afectada, en especial en los sectores de menos ingresos.

Hacia el control

La recuperación gradual de la economía debe contribuir al control de la inflación, aunque la dolarización parcial seguirá siendo un factor a tener en cuenta. Pero por supuesto que todo no se dará de golpe y porrazo, sino que será un proceso paulatino en el que el turismo debe volver a ser la locomotora.

Hay que tener en cuenta que en estos meses de pandemia el país perdió el 13 por ciento del Producto Interno Bruto y se dejó de ingresar más de 3 mil millones de dólares.

Reactivar la economía permitirá producir más bienes y servicios para aumentar la oferta en el mercado minorista, lo que por supuesto redundará en un paulatino control inflacionario.

Las autoridades están convencidas de que ahora una de las principales e impostergables tareas es tratar de poner bridas al potro salvaje de la inflación. 

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